Gloria Silvia Orellana
@SilviaCoLatino
“Estamos caminando haciendo una proclama a favor del agua, porque está claro que quieren privatizarla”, dijo en la proclama el obispo Medardo Gómez, quien preside el Obispado Luterano Salvadoreño.
En la proclama instó a los diputados y diputadas de las diferentes fracciones legislativas a cumplir con su obligación de estudiar y decretar una Ley General de Agua, que se apegue al cumplimiento de los derechos humanos.
A lo largo de doce años, diversas organizaciones sociales, ambientalistas, jurídicas, la academia y las iglesias históricas vienen uniendo esfuerzos en la búsqueda de una Ley General de Aguas, que permita su acceso universal, potabilidad y recuperación de las cuencas de este bien natural finito y vulnerable.
El obispo Gómez presidió la procesión partiendo del parque Cuscatlán, que se desarrolló en el marco del Trigésimo Segundo Aniversario del Obispado Luterano Salvadoreño, con la proclama “El Agua es Gracia de Dios, Cuidarla y Protegerla es Nuestra Misión” (Juan 7:37). Colectivos sociales e iglesias que acompañan a pobladores de las comunidades rurales han reiterado en diversas oportunidades que sin participación ciudadana en el debate de la Ley General de Agua, estaría en situación grave la gestión sustentable del agua, su preservación y principio de universalidad.
“No queremos que el agua se vuelva una mercancía, no pueden darle una valoración económica sobre los beneficios de un pueblo.
Hemos tomado este tema nacional por ser el más importante y es necesario trabajar, es necesario hacer esfuerzos, para que los diputados sean orientados y decreten una ley que favorezca a la población”, reflexionó el obispo Gómez.
Diversas manifestaciones, pronunciamientos y acciones de calle realizadas por organizaciones sociales en rechazo a la acción de los partidos ARENA, GANA, PDC y PCN, quienes desecharon los 92 artículos de la Ley General de Agua, aprobados por la legislatura anterior, para introducir otra propuesta proveniente de la ANEP, ha generado diversas confrontaciones a nivel nacional. “No se puede confiar en la empresa privada, el agua tiene que ser nacionalizada, es decir, que el Estado la administre, porque en su mandato tiene la obligación de brindar agua limpia y gratis al pueblo. Nosotros proclamamos la paz, para nuestro querido El Salvador y es por esto que nuestra proclama es la no privatización del agua, porque es una gracia de Dios y cuidarla es la misión de la Iglesia”, puntualizó.