Primera parte
Alfredo Josué Ortez Canales
Estudiante de filosofía
El Dr. Fabio Castillo Figueroa es conocido como el rector de la reforma universitaria, el rector que contribuyó de forma más sustancial a que la Universidad de El Salvador alcanzará el punto más álgido que ha conocido, no solo con su labor administrativa desde el rectorado, sino con su labor académica, que desde luego preside a lo primero. Precisamente en estas ideas preliminares que se desarrollarán se tratará de rescatar, a partir de 3 documentos[i] escritos por el doctor en su segundo rectorado, esta etapa poco tratada: la de su reflexión intelectual.
El primer documento es escrito en el año 1993, concretamente tiene la fecha 04 de octubre, y lleva por título: El problema de la concepción sobre ciencia y tecnología. El segundo es en torno a una reflexión muy particular, pero de indudable importancia tanto en aquel entonces como en nuestros días, escrito en el mismo año pero con fecha del 06 de octubre, cuyo título es: Sobre la necesidad de estudiar y aprender idiomas o la alternativa de mantener nuestra fatal incomunicación científica. El tercero destaca la relación entre actividad científica y educación media y lleva por título: Actividad científica para jóvenes de la educación media que la Universidad de El Salvador se propone organizar para el año de 1994, escrito probablemente en el año 1993.
La década de los 60 dejó una huella inmensa en el quehacer universitario de cara a la educación universitaria misma y de cara a la función social de la universidad; es decir, la Universidad de El Salvador en su relación con la sociedad salvadoreña. De la mano de una cantidad considerable de académicos, la Universidad se tornó un hervidero de pensamiento científico y humanístico que dio forma a lo que luego será considerado como la única reforma universitaria a gran escala de El Salvador.
La reforma fue encabezada por, quizás, el rector más respectado en la historia universitaria, al menos de la Universidad de El Salvador, llegando hasta tal punto que la Ciudad Universitaria lleva su nombre[ii] y recientemente se develó una escultura del mismo en la entrada principal del recinto universitario[iii]. Entre los nombres que figuran además del Dr. Fabio Castillo, están: Alejandro Dagoberto Marroquín, Manuel Luis Escamilla, Mario Flores Macal, María Isabel Rodríguez, Albino Tinetti, entre otros. Todos los anteriores innegables intelectuales que le han dado, sin lugar a dudas, mucho a la universidad pública de este país.
Si bien es cierto el objetivo no es hablar de la reforma universitaria, no se puede dejar de la lado en la medida que la misma manifiesta el pensamiento del Dr. Fabio Castillo Figueroa y de otros a los que llaman “arquitectos de la reforma”[iv] como lo es el Dr. Manuel Luis Escamilla[v] y El Dr. Alejandro Dagoberto Marroquín[vi]. La creación de nuevas carreras, la creación de nuevas sedes de la universidad, el cambio en los programas de estudio y la serie de cambios esenciales que se dan en la misma reforma dan pincelazos de la profunda reflexión que hay detrás de la misma.
Por ejemplo, el profesor de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas de la UES, Dr. Francisco Melgar Brizuela opina que la creación del Instituto de Estudios Históricos, Antropológicos y Arqueológicos (IEHAA-UES)[vii], la Facultad de Ingeniería Agronómica y el Departamento de Biología fueron decisiones apegadas a la concepción científica del Dr. Castillo, la cual, según el mismo autor está relacionada con sus ideas de desarrollo para la nación.
Lo cual nos devela otra cosa: la concepción científica del Dr. Castillo va más allá de la ciencia misma, tiene un trasfondo social y político. De esto da cuenta el documento El problema de la concepción sobre ciencia y tecnología desde el cual define lo que es ciencia, lo que es tecnología y cuál es su relación; partiendo de la crítica de las posturas según la cual la ciencia es un proceso derivado de la tecnología, brindando a la tecnología un escañó más alto que a la ciencia.
“Existe en algunos sectores el criterio que considera la tecnología como lo más importante desde el punto de vista práctico; consideran algunos que la tecnología impulsa la ciencia cuando es precisamente lo contrario, la ciencia desarrolla y crea la tecnología […]”
La relación de la ciencia y la tecnología, según el Dr. Castillo, es una relación subordinada, en donde la ciencia juega el papel productivo respecto a la tecnología. El desarrollo científico permite el desarrollo y la creación de la tecnología, lo cual a su vez permite el desarrollo científico con mayor profundidad, pero nunca se somete la ciencia a aquella. La función social de la ciencia y la tecnología, si se le puede llamar de esa forma, permite que los países se vayan liberando a nivel económico y político.
Acá podemos observar no solo una reflexión de la ciencia y la tecnología como elementos que dejan huella en la sociedad y en la economía, sino que también se observa un reflexionar sobre el sentido de la ciencia y la tecnología o, al menos, sobre su función social, entendido esto último como el deber ser de la actividad para con la sociedad que la produce. A partir de esto se entiende mejor la visión que tiene el Dr. Brizuela cuando plantea que las creaciones del instituto y la facultad ya mencionadas tienen en su más hondo sentido la concepción científica del ex rector, en la medida de que aquellos deben dar respuestas a los problemas que se suscitan en nuestra sociedad.
Por poner un ejemplo podemos citar el documento Actividad científica para jóvenes de la educación media que la Universidad de El Salvador se propone organizar para el año de 1994 – el cual hace valer con actos el lema “la Universidad al servicio de la nación” – en donde se detallan algunos elementos de este proyecto que se impulsaría en 1994, el cual dice: “Se tiene como finalidad la de contribuir al mejoramiento de las condiciones intelectuales y morales de los estudiantes y atraer su atención por medio de actividades formativas e interesarlos en la búsqueda de una formación científica”.
El proyecto, leyendo la finalidad que se proponía, iba dirigido a incidir en la formación científica de los jóvenes de educación media. La Universidad al servicio de la nación en eso precisamente, la utilización de los Universidad de El Salvador como infraestructura, pero también como conjunto de personas que se dedican a la formación, para incidir en procesos formativos en diversas áreas de la sociedad salvadoreña y mediante ello perfilar ciudadanos comprometidos con las necesidades del país.
La concepción científica, en este sentido, del Dr. Fabio Castillo Figueroa guarda íntima relación con su concepción de universidad o de educación en general, dado que su práctica iba dirigida a la cuestión educativa, pero sin perder de vista los resultados políticos y sociales que pueda tener la misma. Esto recuerda a la relación política-educación ya planteada por uno de los pedagogos más referenciados de América Latina: Paulo Freire. Este refiere que el proceso de “humanización”[viii] no solo es un proceso de alfabetización o educación, sino también de politización.
Es así como el ser humano que educa no solo está ocupándose de la educación, sino que el accionar trasciende esta región y hace que el mismo tenga derivación en la región política; es decir, educar es un medio para un fin de mayor alcance. Ya en las primeras décadas del siglo pasado Alberto Masferrer[ix] había apuntado a que debemos ver a la educación no como un fin en sí mismo, sino como un medio para un fin mayor.[x] Probablemente esta sea evidencia que el pensamiento en torno a la educación en América Latina tiende a coincidir en algunos aspectos en cuanto a la praxis social.
Tanto su discurrir – del Dr. Fabio Castillo Figueroa – sobre la ciencia como sobre la educación no son enfocados tanto a las disciplinas mismas desde donde se derivan tales temas[xi], más bien este va más allá y se pregunta por el sentido de las mismas, es así como al estilo del discurrir de la filosofía de la ciencia y de la filosofía de la educación[xii], se derivan conclusiones que oscilan entre una y otra esfera de la realidad, como ya vimos en la mención de los efectos sociales y políticos que tiene la ciencia y la tecnología, además de la educación.
Continuara…
[i] Los tres documentos se encuentran en Archivo que resguarda la Universidad de El Salvador sobre la labor rectoral e intelectual del Dr. Fabio Castillo Figueroa, del cual su servidor tuvo la oportunidad de beber para plantear la reseña de estas reflexiones que, sin duda alguna, vendrán a ser un llamado de atención hacia el estudio de nuestros grandes intelectuales, no solo universitarios, sino nacionales.
[ii] El nombramiento fue aprobado por el Consejo Superior Universitario en el año 2017. Una relatoría de esta la podemos encontrar en el Diario Co Latino, de parta de Francisco Melgar Brizuela: https://www.diariocolatino.com/quien-fue-dr-fabio-castillo-figueroa/.
[iii] Ver la nota del Diario Co latino: https://www.diariocolatino.com/universidad-de-el-salvador-develo-estatua-en-homenaje-al-exrector-dr-fabio-castillo/ y la de la Universidad de El Salvador: https://www.ues.edu.sv/blog/post/develen-estatua-en-homenaje-exrector-fabio-castillo-figueroa. En ambas notas se destaca la figura del Dr. Catillo Figueroa.
[iv] El investigador y profesor de historia Alfredo Ramírez hace esa acotación en su artículo Humanidades, Facultad y Reforma: los años 60 en la Universidad de El Salvador.
[v] Por otra parte, para profundizar en el pensamiento del Dr. Manuel Luis Escamilla, se puede consultar el artículo del profesor de filosofía y actual coordinador del INFOD Carlos Rodríguez Rivas, quien se perfila como uno de los más conocedores del tema, titulado: El pensamiento universitario de Manuel Luis Escamilla en perspectiva. Esto para aquellos que su afán sea el estudio de los intelectuales universitarios o las ideas de los intelectuales salvadoreños en general.
[vi] Un análisis muy bueno sobre el pensamiento de Alejandro Dagoberto Marroquín lo desarrolla Rolando Vásquez Ruiz en su artículo el «exiliado honoris causa»: semblanza político intelectual de un científico social.
[vii] Donde actualmente se encuentra resguardado el archivo al que se hizo mención en la primera nota.
[viii] Se pueden consultar las reflexiones de La pedagogía del oprimido y las de La educación como práctica de la libertad.
[ix] Otro de los intelectuales salvadoreños que merece un estudio a profundidad.
[x] Esta reflexión está en uno de sus artículos en el Periódico Patria que se llama ¿La educación es un fin o un medio?
[xi] Por supuesto que esta afirmación vale para los dos pequeños escritos que analizaremos, desde luego los trabajos que hizo el Dr. Castillo sobre, al menos, la educación, sí trastocaron la disciplina de donde se deriva tal tema, más en el ámbito de la educación universitaria.
[xii] Sería interesante navegar por los senderos de la interpretación y tratar de descubrir un pensamiento filosófico detrás de las reflexiones del Dr. Fabio Castillo Figueroa, lo cual hasta donde sé, aún no se hace.