Alfredo Josué Ortez Canales
Estudiante de filosofía
Teniendo en cuenta la relación que hay entre esferas de la realidad, la forma en que unas van determinando el accionar de la otra y viceversa, podemos vislumbrar que el Dr. Fabio Castillo Figueroa poseía una agudeza mental que le permitía encontrar las relaciones entre dichas esferas, no miraba los fenómenos, por lo tanto, de forma unilateral o aislados entre sí, más bien en su inherente relación como fenómenos sociales todos.
Profundizando en la idea según la cual la ciencia y la tecnología permite que los países se vayan liberando política y socialmente, citamos las palabras puntuales del autor, desde las cuales se podrá derivar pruebas sobre lo que se ha dicho: “El desarrollo científico de una sociedad la capacidad para crear tecnología propia y de esta manera el desarrollo científico contribuye a liberar a una sociedad de la dependencia que sufre de otras sociedades más desarrolladas”.
Esto se dice en el marco de la crítica ya apuntada sobre aquellos que creen que el desarrollo científico es dependiente del desarrollo tecnológico, pero que además opinan que se debería de exportar tecnología desde afuera, bajo la idea de que esta tecnología permitirá un desarrollo científico idóneo. Sin embargo, según el Dr. Fabio Castillo esto solo consigue explayar más la brecha de dependencia que tendremos con respecto a aquellos países que sí son productores de ciencia y por añadidura de tecnología.
Además, si se llega a exportar o transferir esa tecnología, no son beneficios los que trae, como se quiere hacer creer en ocasiones, más bien hay algo oculto detrás de tal cosa, así lo explica: “Frente a estas concepciones cabe señalar que cuando la tecnología de un país desarrollado es transferida a países atrasados y subdesarrollados, lo hacen porque consideran que esa tecnología ya no les es útil […]”, evidente debido a que sus procesos productivos ya necesitan de otra tecnología más avanzada.
Otra de las razones es que la producción y el mantenimiento de esa tecnología se ha vuelto más costoso y, aquellos, han innovado en otras que requieren un costo menor, decidiendo transferirla a países en donde la mano de obra es más barata, “[…] en pocas palabras diríamos que la tecnología ya es anticuada al momento de ser transferida. Si no lo es se vuelve obsoleta en poco tiempo.”
Es así como al transferir tecnología de países desarrollados a nuestro país, que como otros suele considerarse en vías de desarrollo, se está profundizando la dependencia que tenemos de aquellos para la realización de la actividad productiva, científica y tecnológica. Por supuesto, para tener una tecnología propia se debe partir de la investigación científica, de la cual como país, también carecemos, pero realizarla es a lo que apunta la propuesta del Dr. Fabio Castillo.
“Si los países o la sociedad a la cual se transfirió esa tecnología no tiene capacidad para renovarla, desarrollarla o recrearla, esa sociedad continúa siendo dependiente porque posteriormente necesitará de nuevo la transferencia de otras tecnologías.”
Aun aceptando que las tecnologías a utilizar en el país tuviesen que ser transferidas de otros países, la situación es la misma: la incapacidad de crear ciencia. Con esto vemos, además de la evidente función que tiene la ciencia y la tecnología para con la sociedad, que en un nivel más disciplinar o esencial en cuanto a la relación ciencia-tecnología, la segunda siempre será dependiente de la primera, por lo que sin un verdadero desarrollo científico será imposible la creación de ciencia y tampoco la capacidad de renovarla, desarrollarla y recrearla.
La investigación científica es una de las obligaciones de la educación del país, en esa medida es un llamado de atención para la academia, principalmente para la academia que se aloja en la Universidad de El Salvador, quienes deben encabezar los procesos de producción científica a nivel nacional y con fines específicos, los cuales tiene relación a la concepción científica del Dr. Fabio Castillo; es decir, de cara al fortalecimiento de la nación y a la resolución de los problemas que más apremian.
El llamado de atención que lanza en torno a la incapacidad de comunicación académica y científica debido al poco manejo que hay de otros idiomas ajenos al español es de especial interés, esto lo plantea en su pequeño escrito Sobre la necesidad de estudiar y aprender idiomas o la alternativa de mantener nuestra fatal incomunicación científica. En donde apunta la necesidad de estudiar otros idiomas para estar al tanto de la producción académica.
La necesidad del estudio y del aprendizaje de otros idiomas estriba en dos cosas: acceso a la información y capacidad de comunicación. En lo que respecta a lo primero, el Dr. Castillo nos proporciona algunas estadísticas del volumen de información científica que se publica en inglés, francés, alemán y español; llamando poderosamente la atención que en inglés se publica el 80% de la información, mientras que las otras lenguas comparten el 20% restante, cuestión que no es distinta en nuestro tiempo, probablemente la brecha se haya incrementado.
El poco acceso a la información y la imposibilidad de comunicación son grandes problemas que no permiten el desarrollo idóneo de la Universidad, es por eso que plantea esta dura crítica: “Sin embargo, un estudiante o un profesor que no conoce el inglés es un académico ciego y sordo que no tiene acceso a la mayor parte de la información científica que existe en el mundo, ni a la que se está produciendo constantemente.”
Manifiesta a partir de las duras críticas que la Universidad de El Salvador está haciendo algunos esfuerzos por solventar la problemática, porque no es posible que profesores universitarios no puedan hablar un segundo idioma, eso es equivalente a decir que solo pueden acceder al 5% de la información científica, que es un porcentaje pírrico y el cual se debe mejorar.
En conclusión, en las dos partes de este pequeño artículo – si se le puede llamar así, ya que son más opiniones a partir de una somera lectura – se ha tratado de plantear dentro de las posibilidades que caben, una faceta del Dr. Fabio Castillo Figueroa poco profundizada, pero que tiene mucho que dar, debido a que su reflexión intelectual es muy fecunda y viéndola a la luz de su trabajo como universitario puede enriquecerse aún más.
Para terminar, hemos podido ver que la concepción científica o sus reflexiones en torno a la ciencia y a la tecnología dan pauta para plantear ideas de otras esferas que se ven afectadas por aquellas, como lo puede ser la educación, la política y la sociedad misma. Esferas estas mismas que nunca estuvieron fuera de los intereses del Dr. Fabio Castillo, probablemente debido a ello es que sus reflexiones tienen una profundidad enorme y permiten ver la relación que hay entre esferas de la realidad mediante una actividad específica.
Como última cuestión nos quedamos con esto escrito por el mismo autor durante su segundo rectorado[i], lo que nos permitirá reflexionar sobre las potencialidades que tenemos como seres humanos con capacidades idénticas a cualquier persona de cualquier otro país, siempre y cuando tengamos las mismas o parecidas condiciones académicas para desarrollarnos, cuestión que debe ser esencial para la Universidad:
“La Nación y la sociedad salvadoreña necesitan desarrollo científico. Ya hemos demostrado en épocas anteriores que nuestros estudiantes son capaces de alcanzar niveles de formación científica como los jóvenes de cualquier parte del mundo, siempre que se les dé la oportunidad de trabajar en condiciones similares; hemos visto que pueden realizar trabajo científico como el que hacen jóvenes de cualquier país del mundo. Es falso que seamos razas o pueblos inferiores; como nos han querido hacer creer, habiéndolo logrado en gran medida, esas tesis y creencias han sido impulsadas por los conquistadores y en épocas recientes por los pueblos que desean mantener nuestra servidumbre.”
[i] Se presume que lo escrito se hace en referencia al periodo más álgido de producción académica que ha tenido la Universidad de El Salvador, el cual coincide con la reforma universitaria y el primer rectorado del Dr. Fabio Castillo Figueroa.
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