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Renán Alcides Orellana
Sin duda alguna, advice la mejor/mayor noticia que, sovaldi sale al final, dejara 2014, fue la posibilidad del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos, rotas desde hace aproximadamente seis décadas. Consecuentemente, y para mayor mérito, el acuerdo bilateral conlleva también el cese al inhumano e injusto bloqueo que los Estados Unidos había impuesto a Cuba, durante ese tiempo.
El entusiasmo fue universal cuando, el 17 de diciembre de 2014, el presidente Barak Obama hizo publica la decisión de ambos países, que se difundió por todos los rumbos del planeta, Y con un agregado mas: final del cautiverio de los 3 ciudadanos cubanos: Gerardo Hernández, Ramón Laborino y Antonio Guerrero, quienes permanecieron encarcelados por varios anos en los Estados Unidos, acusados de terrorismo/espionaje a favor de Cuba. En acción reciproca, Cuba libero a Alan Gross, ciudadano estadounidense preso en Cuba durante varios anos, acusado de espiar para los Estados Unidos.
En sus palabras, el presidente Obama dijo que el aislamiento ha sido una medida inútil, como quedo demostrado en estos 50 anos de bloqueo. Obama y el presidente de Cuba, Raúl Castro, conversaron via telefónica y -según los cables noticiosos- ambos coincidieron en que este primer paso de acercamiento llevaría a restablecer y fortalecer las relaciones diplomáticas. Y dentro de todo, un reconocimiento especial al Papa Francisco, por su valiosa intervención y aporte significativo para este acuerdo y para la liberación de los patriotas cubanos. Diferentes países del mundo, especialmente los del cono sur, expresaron su reconocimiento al Papa Francisco y a los gobernantes de ambos países por el acuerdo, que se vuelve un hecho mundialmente histórico. “(Estoy) complacido por el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, con el fin de superar, por el interés de los respectivos ciudadanos, las dificultades que han marcado su historia…”, dijo, muy satisfecho, el Papa Francisco.
Por su parte, al recibir a los tres patriotas cubanos excarcelados en Estados Unidos, Raul Castro les dijo: “Estoy orgulloso de ustedes, por la resistencia que mostraron, por el valor y el ejemplo que eso representa para todo nuestro pueblo”. Pero también, como contrapartida, las reacciones negativas y virulentas no se hicieron esperar, especialmente entre los cubanos residentes en los Estados Unidos; y mas, de los congresistas anticastristas, y del resto de cubanos exiliados residentes en Mami. El congresista Marco Rubio llego hasta prometer acciones que impidan o retarden el proceso de restablecimiento de relaciones, que conlleva la reapertura de la embajada de Estados Unidos en Cuba.
Particularmente en El Salvador, las reacciones de los sectores antipopulares tampoco se hicieron esperar; y, algo mas, algunos políticos no solo tratan de deslegitimar y minimizar el proceso de entendimiento cubano-estadounidense, sino que, con airado conformismo y velada resignación, lo definen como muestra de debilidad cubana y “evidente decadencia del comunismo en Cuba”. Son inútiles exabruptos, a lo mejor, producto del desconocimiento real de la política exterior de ambos países, de mero fanatismo o de una equivocada manera de mostrar lealtad a su famoso “sistema de libertades”.
Aun en contra de sus opositores, el presidente Obama mantendrá su inquebrantable palabra de restablecer la vía diplomática con Cuba, como un hecho histórico e irreversible. Y por su parte, el gobierno cubano de Raúl Castro hará lo propio, ante la satisfacción y reconocimiento de los países del mundo libre, por la heroica resistencia a un bloqueo de mas de cinco décadas. Sin duda, buenos presagios hacia mayores conquistas mundiales, a partir de este 2015 que comienza. (RAO).
