Opiniones: Salvador Sánchez Cerén
Los salvadoreños hemos recibido una gran noticia que hemos estado esperando durante muchos años, no rx que nos llena de alegría y esperanza, y que sin duda significa uno de los acontecimientos más importantes en la historia de nuestro país.
Se trata de la firma del decreto con el cual el Papa Francisco reconoce como Mártir a Monseñor Óscar Arnulfo Romero. Esto nos alegra mucho, puesto que significa un paso fundamental hacia su próxima beatificación.
El mensaje que Monseñor Romero ha traspasado las barreras del tiempo y el espacio, manteniendo una vigencia como guía y luz del camino a seguir para una nueva sociedad en nuestro país y Latinoamérica.
Monseñor Romero fue un salvadoreño que insistió siempre en buscar y defender la verdad, y la necesidad de llevar a cabo una transformación social y espiritual. Su mensaje siempre apuntó hacia la reconciliación y la paz.
Él creía en la gente y en la capacidad de convivir todos juntos, en paz y armonía, a pesar de las diferencias. Es por eso que su voz nos inspira hacia la búsqueda tan necesaria del diálogo y el entendimiento para solucionar juntos los problemas sociales que ahora enfrentamos en nuestro país.
Para cambiar los paradigmas de una sociedad marcada por la desigualdad social y económica debemos seguir las enseñanzas y los valores que Monseñor Romero nos ha heredado: humildad, amor al prójimo, vocación por la verdad, la vida, la justicia y firme convicción en la palabra de Dios.
Hoy en El Salvador y el mundo se reconoce a Monseñor Romero como un hombre de paz, un ser humano entrañable y dedicado al servicio de los más pobres, un hombre cuya palabra siempre fue orientada hacia el bien, el amor y la paz.
La mejor forma de honrar su memoria es dedicando cada una de nuestras acciones en favor de la construcción de una nueva sociedad y reafirmar nuestro compromiso de seguir trabajando para sacar adelante al país y llevar bienestar, tranquilidad y felicidad a las familias salvadoreñas. Monseñor Romero alienta y camina junto a su pueblo, nos da fortaleza y esperanza.