César Ramírez
@caralvasalvador
La novedosa correlación en la conducción del cuerpo colegiado compuesto por diputados (art. 121 Cn.) parece será dominada por la unión legislativa de ARENA, PCN y PDC, lo cual es indicativo de un acuerdo tácito para dominar las acciones en un amplio espectro de la vida nacional, desde decretar impuesto, tasas y demás contribuciones sobre toda clase de bienes, servicios e ingresos, etc., (art. 131 inc. 6), decretar el presupuesto de ingresos y egresos de la Administración Pública (art. 131 inc. 8) etchasta interpelar a los ministros o encargados del Despacho y a los presidentes de las instituciones oficiales autónomas (art. 131 inc. 34), etc., entre otras atribuciones constitucionales, lo cual no sucedía desde el año 2011; esta acción presupuestaria será crucial para los siguientes tres años, pero considerando que el año 2019 es un año electoral y la aprobación de financiamiento del Estado lo deben tomar “a ciegas” con solo dos opciones: 1° ahogar financieramente al Estado o 2° honrar los millones de dólares necesarios para el funcionamiento de la nación.
La bandera partidaria del siguiente presidente no debe ser una muralla infranqueable para aprobar los requerimientos esenciales del Estado, porque la ideología divide, pero no contribuye a solucionar los problemas financieros de la nación. En teoría la Constitución de la República tiene un “delirante” artículo 125 Cn.: “Los diputados representan al pueblo entero y no están ligados por ningún mandato imperativo. Son inviolables, y no tendrán responsabilidad en tiempo alguno por las opiniones o votos que emitan”, es fantástico pero al pensar en las disposiciones de los tránsfugas de la Sala Constitucional y la coacción partidaria a sus diputados en caso de votar en contra de su unidad parlamentaria, me hace creer que este artículo diseñado para una visión de nación, racional, estratégica… es olvidado a la hora de considerar temas trascendentales, ejemplo: las pensiones, ley de agua, aprobación de bonos, presupuesto de la República, préstamos para carreteras, hospitales, etc. La realidad demuestra que los legisladores sí están sujetos a mandatos imperativos de sus partidos y no se toleran opiniones diferentes a su unidad institucional. En conclusión: La Junta Directiva de la Asamblea Legislativa excluirá a unos e integrará a otros, con ese simple acto, ya no somos una nación, sino fracciones legislativas en reparto de cargos administrativos… hay tiempo nublado y mal pronóstico de tormentas en el horizonte.
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