Madrid/dpa
La Policía española informó hoy de un nuevo caso de secuestro virtual en España, un delito del que hasta hace unos años se tenía constancia solo en países de América Latina y que este año ha sido denunciado por casi 200 personas en el país europeo.
Consiste en un intento de estafa a través de un rapto ficticio. Para ello, el autor realiza una llamada telefónica en la que intenta hacer creer a la víctima que uno de sus familiares está secuestrado y le exige dinero por su liberación.
En el caso conocido hoy, la víctima, una mujer de 65 años residente en Madrid, pagó 3.000 euros al pensar que su hija estaba secuestrada, informó la Policía en un comunicado. El supuesto secuestrador es un recluso que cumple condena en Chile.
Todo comenzó cuando la mujer recibió una llamada en su domicilio en la que un hombre le aseguró que tenía a su hija «atada de manos y pies» y le amenazó con hacerle «daño» si colgaba el teléfono. A cambio de su supuesta liberación, le reclamó 10.000 euros.
La víctima hizo un primer envío de 1.200 euros a nombre de una colaboradora del supuesto secuestrador. Poco después, recibió una segunda llamada donde le comunicaron que debía hacer otro ingreso de 1.800 euros a nombre de otra persona.
Gracias a que la víctima conservó parte del justificante de uno de los pagos -pese a que los estafadores le exigían romperlo-, la Policía logró identificar al presunto autor de la llamada, un hombre que cumplía condena en una cárcel de Chile, y a sus colaboradoras, que eran su pareja sentimental y la madre de ésta.
Este caso no es aislado. Desde enero, la Policía española ha registrado 193 denuncias por secuestros virtuales y 212 llamadas solicitando ayuda ante este delito, lo que supone un descenso respecto a 2016, cuando se produjeron 323 casos más en España.
En total, desde 2015 se han realizado 76 pagos con un montante total de 76.225 euros, según datos de la Policía.
Buena parte de las llamadas proceden de Chile y no es la primera vez que se hacen desde centros penitenciarios de ese país. En 2015 y 2016 se efectuaron varias investigaciones que llevaron a los agentes hasta las prisiones de Colina I y Colina II, dos de las más peligrosas del país suramericano.
El «modus operandi» de los secuestros virtuales saltó a la prensa en España en octubre de 2013 a raíz del que sufrieron los componentes del grupo de música español Delorean durante su estancia en Ciudad de México, a donde habían viajado en el marco de su gira de conciertos.
En aquel caso, los músicos recibieron una llamada en su hotel en la que se les avisaba de un inminente tiroteo y se les instaba a abandonar el edificio. Una vez en otro, los supuestos interlocutores les convencieron de que estaban retenidos y les amenazaron de muerte.
Al mismo tiempo, sus familiares en España recibieron otra llamada informando del supuesto secuestro. Finalmente, la Policía localizó a los integrantes del grupo y los liberó de su ficticio cautiverio.