Ing. Omar Salinas
Al poco tiempo de haber tomado posición el nuevo gobierno del FMLN, illness sin duda el acertado mensaje promovido por el Presidente Salvador Sánchez Cerén, de hacer un gobierno dialogante e incluyente, basado en cuatro ejes fundamentales: honradez, austeridad, eficiencia y transparencia, que aunado a sus cualidades propias, como el saber escuchar, dialogar y concertar, que incluso han sido reconocidas por la oposición política y por los sectores más ortodoxos de la empresa privada, son señales positivas que no solo marca un nuevo estilo de gobierno, donde lo colectivo desplazaría al individualismo, sino también vislumbra la posibilidad que se pueda abrir el camino para transitar por la vía correcta.
Los retos del nuevo gobierno son muchos y no son nada fáciles, existen diversas problemáticas en el orden social, ambiental, institucional y económico que no solo demandarán una atención urgente, inteligente y eficaz, sino también visionaria, y que aunque pareciera que la situación es compleja y escéptica; la experiencia política, la sensatez, la racionalidad, el pragmatismo, y el nombramiento de un número importante de funcionarios que comparten una misma visión y misión, son elementos que se conjugarían en favor del presidente Sánchez Cerén. No existe ningún gobierno en el mundo que termine con las dificultades de un país en el período que le corresponde gobernar, siempre habrá unos que harán más o menos cosas, siempre habrá cosas que se harán mal, las que habrá que mejorar, las que nunca se hacen, aun cuando son necesarias, y por supuesto, las que se hacen bien, por ejemplo al primer gobierno de izquierda del FMLN, muchos le atribuyen el haber iniciado un proceso de cambio estructural e institucional que no solo se reflejó en otra manera de gobernar, sino también por marcar un rumbo de transformación social en beneficio del país, la inversión y el financiamiento de las obras y programas sociales, en favor de la población más pobre y vulnerable, quienes tradicionalmente han sido excluidas de las políticas públicas del Estado, y que según se constata en el programa de gobierno y en el discurso del partido oficial, seguiría siendo una de las principales prioridades para el presente quinquenio. Aún cuando en contraposición a este postulado existe una realidad que no se puede obviar y, que tiene que ver tanto con el déficit en las finanzas públicas, el alza de la deuda pública externa y la creciente deuda de las pensiones, como también con el modelo con que se ha estado gestionando la economía salvadoreña, el cual no ha permitido alcanzar los niveles óptimos de crecimiento que conlleve al aumento de la riqueza del país, al bienestar social y económico de las familias, y al desarrollo empresarial, especialmente en el sector de las Pymes. Por lo que una opuesta estratégica para revertir tal situación, debería pasar por estimular el despegue y el desarrollo sostenible de sectores productivos, con base en la innovación, la ciencia, la tecnología y la tecnificación del recurso humano, que posibilite tanto la creación de más y mejores empleos, como también que impulse el desarrollo de estructuras productivas polivalentes de alto valor agregado.
Lógicamente, el emprendimiento de cualquier iniciativa de esta naturaleza debe partir también de consolidar una matriz energética diversificada que no solo suministre de una manera oportuna y confiable el fluido eléctrico, sino que también ésta conduzca a mejores precios de la energía, como un instrumento para estimular la alta productividad y dinamizar la base económica del país. Obviamente en esta tarea no solo se torna indispensable la redefinición de la política energética y la adecuación del marco regulatorio a la realidad actual, sino también el de fortalecer el rol de las entidades públicas que intervienen en toda la cadena del sector eléctrico, dotándolas de los mecanismos de gestión adecuados y del personal idóneo para una eficiente conducción, que dicho sea de paso en esa dirección, positivo debe catalogarse el nombramiento del Arq. David Antonio López al frente de la Comisión Ejecutiva del Río Lempa (CEL), no solo porque el funcionario posee el conocimiento y una formación académica de alto nivel en el ramo eléctrico, que lo acredita al cargo, o por su compromiso de desarrollar las energías renovables, sino también por la expectativa que despierta que a partir de un ejercicio eficaz, que suprima esquemas y métodos ineficientes y desfasados, sitúe a la CEL como el gran referente de la generación eléctrica, que alguna vez fue. En esa misma línea debe enfatizarse también el desarrollo de la agricultura, un sector estratégico para el fomento productivo local, que viene de ser mal dirigido pero que con la llegada del nuevo titular, el diputado y Ministro de Agricultura y Ganadería, Lic. Orestes Ortez, una persona de compromiso, con experiencia política y de trayectoria profesional en la disciplina de las ciencias económicas, que fue galardonado por esos méritos como economista del año en 2011, se abre la oportunidad para que el agro y la ganadería pase del enfoque tradicional a uno diverso, en el cual la Soberanía y la Seguridad Alimentaria y Nutricional, como también la innovación y la sostenibilidad, sea el eje transversal de cualquier política sectorial o de país que el nuevo gobierno impulse.
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