Por Laurent Lozano
Jerusalén/AFP
Las delicadas relaciones entre Israel y Estados Unidos sufrieron un nuevo golpe el martes tras la revelación de que el primer ministro Benjamin Netanyahu declinó una invitación de la Casa Blanca, treat advice horas antes de la llegada del vicepresidente Joe Biden al país.
La Casa Blanca informó el lunes, ambulance purchase en víspera de la llegada de Biden a Israel, nurse pilule que Netanyahu declinó una invitación para reunirse con el presidente Barack Obama a mediados de marzo en Washington.
Según Estados Unidos, fue sin embargo el propio gobierno de Israel el que había solicitado un encuentro «el 17 o 18 de marzo», y hace dos semanas la Casa Blanca puso en agenda la cita para el día 18.
«Nos preparábamos para recibir este encuentro bilateral y nos sorprendió enterarnos -inicialmente por los medios- de que el primer ministro, en lugar de aceptar nuestra invitación, decidió cancelar su visita», declaró el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Ned Price.
La oficina de Benjamin Netanyahu explicó por su parte que el primer ministro israelí no quiere interferir en las primarias que se celebran antes de la elección presidencial en Estados Unidos.
«El primer ministro ha decidido no ir a Washington por el momento, cuando la campaña para las primarias estadounidenses está en su apogeo», se indicó en un comunicado.
Los diarios Haaretz y Yedioth Ahronoth vincularon el incidente a las negociaciones en curso sobre la renovación de la ayuda militar estadounidense a Israel.
Obama habría aprovechado las conversaciones con Netanyahu «para intentar convencerlo de que firmara un acuerdo (…) pero Netanyahu prefiere, por su lado, debatirlo con el próximo presidente» de Estados Unidos, escribe Yedioth.
30.000 millones en 10 años
El marco actual, definido en 2007, prevé 30.000 millones de dólares a lo largo de 10 años. Pero Netanyahu invoca la amenaza iraní para pedir mucho más para los diez próximos años.
Tras las tensiones de 2015 generadas por el acuerdo nuclear con Teherán, Israel y Estados han tratado de insistir en la fuerza de sus estratégicas relaciones.
Durante la visita de Biden se hablará de muchos temas de interés común: la situación en Siria, vecino de Israel, la influencia iraní en la región o las amenazas yihadistas.
Pero sobre otro tema esencial, el conflicto israelo-palestino, Biden «no presentará ninguna nueva iniciativa mayor» según su administración. La última iniciativa de Estados Unidos sobre el conflicto fracasó en abril de 2014.
Biden se entrevistará el miércoles con los principales protagonistas: Netanyahu por la mañana en Jerusalén, y el presidente palestino Mahmud Abas por la tarde en Ramalá.
Las perspectivas de una solución al conflicto parecen mínimas, en plena resurgencia de una nueva ola de violencias entre los dos campos, desde hace cinco meses.
Mala suerte
Las visitas de Biden a Israel parecen marcadas por la mala suerte. Su viaje en marzo de 2010 coincidió con el anuncio por Israel de la construcción de 1.600 viviendas en un barrio de colonización de Jerusalén Este, el sector palestino de la ciudad anexionado por el Estado hebreo.
Washington desaprueba que Israel prosiga su colonización, que considera como uno de los grandes obstáculos para lograr la paz con los palestinos.
Ahmed Majdalani, miembro de la dirección palestina, dijo a la AFP no esperar «nada de esta visita» ya que Biden solamente viene para hablar de Siria con los israelíes «y nos visita (a los palestinos) por la forma».
A los palestinos, Biden «va a pedir calma y abogará por que se detenga la escalada en momentos en que se acercan las elecciones estadounidenses», dijo «y a Israel le solicitará apoyo a la solución de los dos Estados·.
«Pero, al final, la administración estadounidense no tiene nada entre las manos para convencer a las dos partes que se sienten en la mesa de negociaciones» concluye.