Ginebra/AFP
La concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, responsable del calentamiento global, alcanzó niveles récord en 2016, anunció la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que advierte sobre un «aumento peligroso de la temperatura».
«La última vez que la Tierra conoció una cantidad de CO2 comparable fue hace entre tres y cinco millones de años: la temperatura era entre 2 y 3 °C más alta y el nivel del mar era 10 o 20 metros más alto que el nivel actual», recordó la agencia en su boletín mundial sobre los gases de efecto invernadero.
Según la OMM, este «rápido aumento» del nivel de CO2 se debe a «la conjunción de las actividades humanes y a un potente episodio de El Niño», un fenómeno climático que aparece cada cuatro o cinco años y que se traduce en un aumento de las temperaturas del océano Pacífico, que provoca sequías y fuertes precipitaciones.
«Mientras que era de 400,00 partes por millón (ppm) en 2015, la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera […] alcanzó las 403,3 ppm en 2016» y «ahora representa el 145% de lo que era en la época preindustrial [antes de 1750]», precisa el informe publica en Ginebra, donde tiene sede la OMM.
Los investigadores se basan en los «testigos de hielo» (muestras cilíndricas de hielo) para observar las variaciones en la concentración de CO2 en la atmósfera.
«Si no reducimos rápidamente las emisiones de gases con efecto invernadero, y principalmente de CO2, nos enfrentaremos a un peligroso aumento de la temperatura en lo que queda de siglo, muy por encima del objetivo fijado en el Acuerdo de París sobre el clima», advirtió el secretario general de la OMM, el finlandés Petteri Taalas. «Las generaciones futuras heredarán un planeta mucho menos hospitalario».
Desde que empezó la era industrial (1750), el crecimiento demográfico, una agricultura cada vez más intensiva, la mayor utilización de las tierras, la deforestación, la industrialización y la explotación de los combustibles fósiles con fines energéticos provocan un aumento de la concentración de gases con efecto invernadero en la atmósfera, el principal de los cuales es el CO2.
«El CO2 persiste en la atmósfera durante siglos y en el océano todavía más tiempo. Según las leyes de la física, la temperatura será mucho más alta y los fenómenos climáticos, más extremos en el futuro. Sin embargo, no tenemos una varita mágica para hacer desaparecer este excedente de CO2 atmosférico», subrayó Taalas.
Para Erik Solheim, director del programa de la ONU para el Medio Ambiente, «el tiempo apremia».
«Las cifras no mienten. Nuestras emisiones siguen siendo demasiado altas y hay que alterar la tendencia […] Ya contamos con numerosas soluciones para enfrentar este desafío. Solo falta la voluntad política», denunció.