Washington/AFP
El número de menores de edad detenidos al ingresar clandestinamente al Estados Unidos cayó en agosto a los 3.141 casos, buy viagra alrededor de un tercio del volumen registrado en junio, find destacó el lunes el secretario de Seguridad Interna, Jeh Johnson.
De acuerdo con los números divulgados en la jornada por el Departamento de Seguridad Interna, mayo (10.580 casos) y junio (10.622 casos) marcaron el ápice de la tendencia de ingreso clandestino de niños sin acompañamiento de adultos.
Sin embargo, en julio el número de detenciones cayó abruptamente a 5.501 casos y en agosto la tendencia se mantuvo con 3.141 niños detenidos, el menor número desde febrero de 2013.
De igual modo, según los números oficiales, en junio fueron detenidos 16.329 adultos con niños para caer a 7.405 en julio. En agosto ese número se redujo a 3.295 casos.
En junio, en el momento más crítico de la llegada de menores de edad sin acompañamiento de adultos al territorio estadounidense, Washington alertó sobre una «crisis humanitaria» en la frontera sur.
La absoluta mayoría de esos niños proviene de Honduras, Guatemala y El Salvador, de acuerdo con los datos oficiales.
El gobierno llegó a habilitar tres abrigos temporarios en bases militares para albergar a los niños (algunos con edades de hasta seis años) sin compañía de adultos y pidió al Congreso recursos extras para enfrentar la crisis.
El 25 de julio, el presidente Barack Obama mantuvo una reunión con los presidentes de Guatemala, El Salvador y Honduras para discutir la crisis, con la ayuda de las autoridades de México.
Sin embargo, Johnson destacó que los esfuerzos para contener la situación en la frontera requerirán que el Congreso apruebe recursos adicionales.
«Aunque lo peor ha pasado, aún hay cuentas a pagar y el esfuerzo en la frontera debe ser sostenido para prevenir una nueva situación como la que hemos vivido este año», señaló Johnson en una nota oficial.
Por ello, adelantó que pedirá un paquete adicional de 1.200 millones de dólares para el próximo año.
El Senado de Estados Unidos aprobó una amplia reforma de todo el sistema migratorio en el país, pero el proyecto quedó sepultado y sin esperanzas en la Cámara de Representantes, dominada por la oposición del Partido Republicano.