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La Cripta de Catedral Metropolitana este domingo se vistió de alegría, y en ambiente de fiesta, cientos de feligreses celebraron la canonización del primer santo salvadoreño, el pastor y mártir, Monseñor Oscar Arnulfo Romero.
Inesperadamente durante la eucaristía dominical, el nuncio apostólico, monseñor Santo Rocco Gangemi visitó la tumba del santo mártir, Oscar Arnulfo Romero, donde se unió al resto de la feligresía en un momento de oración y recogimiento espiritual.
Dina de Soriano, se mostró alegre y llena de júbilo porque al fin se ha dignificado la figura de Monseñor Romero, al elevarlo a los altares, “siempre escuché sus homilías y cuando podía asistía a las misas en Catedral para escuchar su mensaje”, recalcó.