Por Nicolas Delaunay
La Haya/AFP
El presidente estadounidense Barack Obama advirtió este lunes que Washington y Europa harán pagar a Rusia la anexión de Crimea, medicine antes de una reunión del G7 de los países industrializados en Holanda sobre la situación en Ucrania.
«Europa y Estados Unidos están unidos en su apoyo al gobierno y el pueblo de Ucrania, capsule y están unidos para hacerle pagar a Rusia el costo de sus acciones» en ese país, dijo Obama a la prensa en Amsterdam tras entrevistarse con Mark Rutte, el primer ministro holandés.
Rutte dijo por su lado que ambos consideran «el intento de Rusia de tomar el control de Crimea como una violación evidente del derecho internacional».
«Condenamos estos actos en los términos más enérgicos», añadió.
Por iniciativa de Obama, los dirigentes del G7 se reúnen este lunes por la noche en La Haya al margen de una cumbre sobre seguridad nuclear que continuará el martes.
En los últimos días, las fuerzas rusas y prorrusas tomaron sin pelear casi todas las bases militares ucranianas en la península, la última de ellas la de Feodosia, este lunes al amanecer.
Poco después, las autoridades de Kiev ordenaron la retirada de sus tropas de Crimea, y el vice primer ministro de la península, Rustam Temirgaliev, no tardó en proclamar que Ucrania ya no tiene más tropas leales en el territorio.
Con estos últimos movimientos Moscú concluye su toma de control de la península, que formó parte de Rusia hasta 1954. En una visita muy significativa, el ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigu, visitó este lunes Crimea, donde ya ha empezado a circular el rublo.
Ahora, algunos temen que el presidente Vladimir Putin quiera sumar a Rusia otros territorios rusohablantes del este de Ucrania.
Según la OTAN, Moscú ha desplegado fuerzas «muy importantes» cerca de la frontera oriental de Ucrania, y Kiev dijo el domingo que teme una invasión.
La peor crisis entre Occidente y Rusia desde el derrumbe de la Unión Soviética en 1991 eclipsará previsiblemente la cumbre sobre seguridad nuclear prevista en La Haya este lunes y el martes.
El canciller ruso, Serguei Lavrov, y el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, mantendrán un encuentro este lunes. Será el primero desde que Washington impuso la pasada semana sanciones a personalidades cercanas a Putin, en represalia por la incorporación de Crimea a Rusia.
El G8 podría dejar de existir
John Kerry ha advertido antes de ir a La Haya que Moscú con su actitud en Crimea podría perder su plaza en el selecto club del G8, donde entró en 1998.
El primer ministro británico, David Cameron, dijo el pasado miércoles que Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, el Reino Unido y Estados Unidos, que se reunirán sin Rusia, actual presidenta de turno del G8, debían hablar de la posible exclusión definitiva de Moscú.
Y la canciller alemana, Angela Merkel, aseguró el jueves, refiriéndose a la cumbre del G8 prevista en junio en Sochi, que «mientras no se reúnan las condiciones políticas (…) no habrá G8, ni cumbre, ni este formato como tal».
En la cita de La Haya no estará el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, que se quedará en Kiev para concluir unas negociaciones con una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre un programa de asistencia a Ucrania.
Otros países del antiguo bloque soviético temen por su integridad territorial, ante las veleidades expansionistas de Moscú.
Obama respondió a esos temores este lunes reiterando los compromisos de defensa recíproca de la OTAN.
«Nuestros aliados de la OTAN son nuestros socios más cercanos en la escena internacional. Europa es la piedra angular de las relaciones entre Estados Unidos y el mundo», declaró tras entrevistarse con Rutte.
El jefe de gobierno holandés aseguró el domingo que la celebración del G7 no perturbará la cumbre sobre seguridad nuclear en La Haya, en la que estarán los dirigentes de más de 50 países.
Los líderes hablarán de cómo evitar que grupos terroristas se hagan con materiales nucleares.