Por Aldo Gamboa
Washington/La Habana/AFP
Tres días después de su histórica reunión con Raúl Castro en la Cumbre de las Américas de Panamá, try el presidente Barack Obama concretó el martes su respaldo al retiro de Cuba de la lista de países promotores del terrorismo, remedy paso clave para restablecer las relaciones.
En un gesto esperado con ansiedad por todo el continente desde la semana pasada, Obama envió al Congreso un informe donde señala la «intención de remover» a Cuba de esa lista, uno de los obstáculos para el avance del proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas.
Los cubanos recibieron la noticia con satisfacción, aunque el gobierno de
«Después de tantos años incluidos en esa maldita lista, el hecho de que Obama nos saque es un gran paso de avance en el entendimiento y también un gran logro de Cuba», declaró a la AFP Natalia Díaz, de 53 años, en la capital cubana.
«Esta decisión de Obama nos da a los cubanos la medida de que hay seriedad en los pasos que se están dando, y eso claro que a uno lo llena de esperanzas», agregó.
En tanto, las reacciones fueron inmediatas en Washington.
El presidente de la Cámara de Representantes, el opositor republicano John Boehner, consideró que retirar a Cuba de la lista era como «hacerse amigo de nuestros enemigos en vez de que ayudar a nuestros aliados».
«Apresurado», en tanto, consideró Ed Royce, el republicano titular de la Comisión de Relaciones Exteriores de la cámara baja, el proceso de acercamiento entre Cuba y Estados Unidos anunciado en diciembre.
De lado demócrata, la representante Nancy Pelosi, líder de la bancada oficialista, saludó la iniciativa de Obama y afirmó que la presencia de Cuba en esa lista «ya no sirve para nuestros intereses».
En cambio, el senador demócrata de origen cubano Bob Menéndez se quejó que no había «ninguna explicación, ninguna justificación» para retirar a Cuba de la nómina.
Revisión «cuidadosa»
En una breve carta de apenas cuatro párrafos, Obama expresó al Congreso que estaba en condiciones de certificar que «el gobierno de Cuba no ha proporcionado soporte al terrorismo internacional en los últimos seis meses».
Además, afirmó el mandatario en la carta, «el gobierno de Cuba ha ofrecido garantías de que no apoyará actos de terrorismo internacional en el futuro».
La normativa legal determina que el presidente debe informar al Congreso sobre el caso 45 días antes de que cualquier decisión entre en vigor.
En ese período, el Congreso -dominado por la oposición del partido Republicano- aún podrá bloquear la medida mediante una resolución bicameral.
En su nota oficial, la Casa Blanca informó que «luego de una cuidadosa revisión, el Departamento de Estado concluyó que Cuba reúne las condiciones para la rescisión de designación» como estado promotor del terrorismo.
«Ha llegado el momento de remover la designación de Cuba como Estado promotor del terrorismo», afirmó en otra nota que el Secretario de Estado, John Kerry.
De acuerdo con Kerry, «las circunstancias han cambiado desde 1982, cuando Cuba fue originalmente designada como un Estado promotor del terrorismo (…). Nuestro continente y el mundo se ven muy diferentes hoy de como se veían hace 33 años».
En esa lista, Cuba tiene la compañía de Sudán, Irán y Siria.
Garantías «amplias y de alto nivel»
En una conferencia de prensa, una alta funcionaria estadounidense aseguró que el Departamento de Estado y la Casa Blanca recibieron garantías de que Cuba no apoyará ni dará apoyo a actividades terroristas en el futuro.
«Además, hay muchos discursos de sus líderes, incluyendo Fidel y Raúl Castro, condenando actos terroristas. El último que podemos mencionar ahora ocurrió tras el ataque a (la revista francesa) Charlie Hebdo», el pasado 7 de enero, dijo la fuente.
Según otra alta fuente de la Casa Blanca, las garantías ofrecidas por Cuba han sido «amplias y de alto nivel».
El retiro de Cuba de la polémica lista permitirá al país librarse de diversas restricciones contra todo tipo de asistencia por parte de Estados Unidos -incluso a través de organismos internacionales-, el comercio de armas y actividades financieras con la isla.
No obstante, las relaciones comerciales y financieras del país seguirán sometidas a las severas restricciones previstas en las normas específicas de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), ligada al Departamento del Tesoro.
Cuba considera «justa» decisión de Obama
El gobierno de Raúl Castro calificó de «justa» la decisión del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de excluir a Cuba de la lista de países promotores del terrorismo, en una declaración de su cancillería.
«El Gobierno de Cuba reconoce la justa decisión tomada por el presidente de los Estados Unidos de eliminar a Cuba de una lista en la que nunca debió ser incluida», señaló el texto, firmado por la directora general de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano, Josefina Vidal.
«Como el gobierno cubano ha reiterado en múltiples ocasiones, Cuba rechaza y condena todos los actos de terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, así como cualquier acción que tenga por objeto alentar, apoyar, financiar o encubrir actos terroristas», añadió la declaración, leída en el noticiero de televisión.
Subrayó que «mediante esta acción, el presidente Obama ha decidido excluir a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo internacional y notificar a estos efectos al Congreso de Estados Unidos, el cual tendrá un plazo de 45 días para pronunciarse».
En ese período, el Congreso, dominado por los adversarios republicanos de Obama, puede bloquear medidas con una resolución bicameral.
La declaración de la cancillería recordó que la isla «ha sido víctima de centenares de actos terroristas», que han costado la vida a 3.478 personas y han incapacitado a 2.099 ciudadanos cubanos.
La noticia de que Obama dio la luz verde para el retiro de La Habana de esa lista, fue divulgada en la tarde por los medios digitales cubanos y por la televisora multiestatal Telesur, que transmite en señal abierta en la isla.
La inclusión en esa lista desde 1982 era considerada por La Habana una maniobra de Washington para justificar el embargo que mantiene contra Cuba desde 1962, y es un paso clave en el proceso de normalización de las relaciones entre los dos países, que Obama y Castro iniciaron en diciembre, tras medio siglo de enemistad.
Raúl Castro, quien sostuvo el sábado una histórica reunión con Obama en Panamá en el marco de la Cumbre de las Américas, dijo ese mismo día en su discurso que apreciaba «como un paso positivo» la declaración de su par estadounidense de que decidiría «rápidamente sobre la presencia de Cuba» en esa lista.
La inclusión en la lista implica una serie de sanciones contra Cuba, como restricción a todo tipo de asistencia por parte de Estados Unidos -incluso a través de organismos internacionales-, a la compra de armas, y al acceso a los mercados financieros internacionales.