Por Tangi Quemener
Riad/AFP
El presidente estadounidense Barack Obama llegó el viernes a Riad para reunirse e intentar limar asperezas con el rey saudita Abdalá, sovaldi illness con el tiene crecientes diferencias sobre Siria e Irán.
Obama llegó a Riad para una estancia de menos de 24 horas, hospital discount tras entrevistarse en Roma con el papa Francisco. Su encuentro oficial con Abdalá tendrá lugar en un palacio en las afueras de Riad.
Arabia Saudita observa con gran desconfianza los esfuerzos de Washington y otras potencias para alcanzar un acuerdo con Irán para acotar su programa nuclear.
Riad también se irritó el año pasado cuando Obama no pasó de las amenazas a los hechos contra el régimen sirio, pills tras la indignación mundial por su uso de armas químicas.
Las relaciones saudo-estadounidenses, que se remontan a ocho décadas, «conocen actualmente tensiones a causa de las posiciones de Washington» en Oriente Medio, declaró a la AFP Abdelaziz al Saqr, director del Gulf Research Centre.
Este analista, cercano a los medios políticos sauditas, advirtió que el reciente acercamiento de Washington con Teherán no debe «realizarse en detrimento de las relaciones con Riad».
Arabia Saudita ve con muy malos ojos el acuerdo de noviembre de 2013, que prevé un congelamiento parcial del programa atómico de la República islámica a cambio de una flexibilización de las sanciones económicas contra Teherán.
En lo que concierne al conflicto en Siria, en el que Riad apoya a la rebelión en guerra contra el régimen de Bashar al Asad, el soberano saudí defenderá nuevamente «con insistencia la cuestión de armar a la oposición», subrayó Saqr.
Una preocupación para la dinastía sunita que reina en Arabia Saudita es también que la actitud norteamericana favorezca a los chiitas en esa región del mundo, cuando su vínculo siempre se ha apoyado en una especie de intercambio «petróleo por seguridad».
Aclarar la atmósfera
A pesar de todo, las relaciones entre Estados Unidos y Arabia «no llegarán a romperse» vaticinó Anwar Eshki, jefe del Centro de Estudios Estratégicos y Legales de Oriente Medio.
El encuentro puede por el contrario «aclarar la atmósfera» entre Obama y Abdulá, añade Paul Sullivan, experto en temas de seguridad y energía en Estados Unidos.
«Sean cuales sean las diferencias que tengamos eso no altera el hecho de que esta es una alianza muy cercana e importante», declaró el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
Riad se ha reorientado hacia Asia, incluida China, en un aparente esfuerzo para reequilibrar su política exterior.
Las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudita se remontan al final de la II Guerra Mundial, cuando ambos países firmaron un pacto que básicamente establecía la protección de Washington a cambio de petróleo.
Obama ya viajó a Arabia Saudita en 2009, y como en aquella ocasión, un tema recurrente será las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos.
Egipto, cuyo dramático cambio de régimen no dejó de inquietar a Riad, también estará en el menú de los mandatarios.
En Estados Unidos el anuncio de la visita de Obama fue aprovechada por docenas de legisladores para firmar una petición en la que urgen a su presidente a que aborde las «sistemáticas violaciones de los derechos humanos».
Amnistía Internacional también instó mediante un comunicado al presidente estadounidense a que presione al reino ultraconservador, donde un grupo de sauditas ha anunciado que quiere desafiar el sábado la prohibición de conducir para las mujeres.
La ONG invitó a Obama a alzar la voz para que los líderes del régimen saudita «pongan fin a la represión de la libertad de expresión, de asociación y de reunión (…), a la discriminación de las mujeres y las minorías y a todas las formas de tortura y malos tratos».