Naciones Unidas/AFP
El presidente estadounidense, Barack Obama, anunció el martes en la ONU el compromiso de medio centenar de países para acoger a 360.000 refugiados, el doble que el año pasado.
«Juntos, nuestros países duplicarán el número de refugiados que recibiremos (…) haciéndolo llegar a 360.000 este año», declaró, saludando particularmente el esfuerzo de Alemania y Canadá, en la apertura de una cumbre sobre refugiados.
«Enfrentamos una crisis de proporciones épicas», afirmó. «No podemos desviar la mirada o dar la espalda. Cerrar la puerta en la cara de esas familias sería traicionar nuestros valores más profundos», advirtió.
Un récord de 65 millones de personas están desplazadas en el mundo, incluyendo 21 millones de refugiados compitiendo por muy pocas oportunidades de asentamiento.
Ya en su sexto año, la guerra en Siria ha desplazado a nueve millones de personas, mientras que más de cuatro millones han huido hacia países vecinos.
Muchos países incrementaron sus contribuciones financieras ante el llamado de la ONU y de organizaciones humanitarias internacionales en unos 4.500 millones de dólares respecto a los niveles de 2015.
Los llamados incluyen fondos para asegurar el acceso a la escuela de un millón de niños y posibilitar que un millón de refugiados puedan trabajar legalmente.
En particular siete países -Rumania, Portugal, España, República Checa, Italia, Francia y Luxemburgo- se comprometieron a admitir al menos 10 veces más refugiados que en 2015, de acuerdo con autoridades de Estados Unidos.
El discurso de Obama llega un día después de que los 193 Estados miembros de la ONU adoptaran un plan global para enfrentar la crisis de los refugiados, que no ha tenido la respuesta internacional necesaria.
El gobierno de Obama anunció que incrementará el número de refugiados que recibirá a 110.000 el año próximo, frente a los 85.000 aceptados este año.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, cuyo país ha acogido a más de 30.000 sirios desde diciembre, dijo por su parte que esta crisis representa un desafío, pero también «una oportunidad», y anunció que «otros (refugiados) llegarán» a Canadá.
«Creo que no podemos detenernos aquí», dijo por su lado Frank-Walter Steinmeier, ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, país que el año pasado acogió un millón de refugiados.
«Debemos lograr solucionar finalmente esta crisis», añadió.