Por Jerome Cartillier
Berlín/AFP
Barack Obama y los principales dirigentes europeos pidieron el viernes en Berlín seguir cooperando dentro de la OTAN y mantener las sanciones contra Rusia, unas posiciones alejadas de las del futuro presidente de Estados Unidos Donald Trump.
Preocupados por la llegada de Trump, los jefes de gobierno de Alemania, Reino Unido, España, Italia y el presidente de Francia se reunieron con Obama en su última gira antes de dejar el cargo el próximo 20 de enero.
Por el momento las intenciones del presidente electo son bastante vagas. Sin embargo, a lo largo de toda la campaña suscitó inquietud en las capitales europeas con un mensaje proteccionista y más aislacionista. También criticó duramente la OTAN, cuyo principio está basado en la solidaridad entre los miembros en caso de agresión, y anunció su intención de reformarla.
Además, Trump abogó por un acercamiento a Rusia a pesar del conflicto en Ucrania y la intervención rusa en apoyo del régimen en Siria.
Obama, Angela Merkel, François Hollande, Matteo Renzi, Mariano Rajoy y Theresa May reafirmaron «la importancia de la cooperación dentro de las instituciones multilaterales, incluyendo la OTAN», indicó la Casa Blanca.
Están también «unánimemente de acuerdo en que (…) las sanciones contra Rusia ligadas a Ucrania deben seguir vigentes» hasta la aplicación de los acuerdos de paz de Minsk en este último país, agregó la presidencia estadounidense.
Además, acordaron «buscar una solución diplomática a los conflictos en Siria y el este de Ucrania.
Tras despedirse de los dirigentes europeos, Obama despegó a primera hora de la tarde rumbo a Perú, donde debe participar en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
Obama utilizó su visita para tranquilizar a sus socios europeos, mostrándose «moderadamente optimista» sobre Donald Trump.
«Hay algo solemne en la responsabilidad de esa función (…) que te obliga a concentrarte, que pide seriedad», dijo el jueves.
Obama rindió un homenaje particular a Angela Merkel, a quien calificó de «socio extraordinario» en lo que pareció una entrega de testigo.
Numerosos analistas estiman que la canciller alemana, que debería anunciar el domingo su candidatura a un cuarto mandato al frente del gobierno en 2017, tendrá que asumir nuevas responsabilidades internacionales ante el imprevisible Trump.
Merkel insistió sin embargo este viernes en que «solo todos juntos somos fuertes».
El presidente estadounidense saliente también elogió a la Unión Europea «uno de los grandes logros políticos y económicos del mundo», aunque advirtió que «no habría que dar por sentados esos logros».
Después del Brexit, en Europa preocupan las próximas citas electorales, como las presidenciales francesas del año que viene en las que la extrema derecha podría tener un papel preponderante, y el auge de los partidos antisistema.
Según el presidente del gobierno español, este tipo de fuerzas «sui generis» acaban «generando muchos problemas».
«A veces se critica Europa y a las grandes fuerzas políticas que hemos ayudado a la construcción de Europa (…) pero no podemos olvidar que Europa es el 25% del PIB mundial y la región del mundo con mayor nivel de democracia, libertad y respeto a los derechos humanos».
En Atenas y en Berlín, Obama insistió sin embargo en la necesidad de tener más en cuenta los miedos y frustraciones del electorado.
De los cinco líderes europeos que se reunieron con él este viernes, sólo Merkel estaba en el poder cuando fue elegido presidente de Estados Unidos en 2008.