Lourdes/AFP
Los obispos de Francia, reunidos en el santuario de Lourdes (suroeste), pidieron este lunes perdón por el «largo silencio culpable» de la Iglesia católica frente a los abusos sexuales cometidos por sacerdotes.
«No escuchamos lo suficiente a las víctimas (…) nos faltó valentía para tomar las medidas que debían ser tomadas», declaró el arzobispo de París, André Vingt-Trois, durante una misa en la basílica del Rosario de Lourdes, en presencia de más de cien obispos de Francia.
«Debemos salir del largo silencio culpable de la Iglesia y de la sociedad y escuchar el sufrimiento de las víctimas. Los actos de pedofilia, estos crímenes tan graves, quebrantan la inocencia y la integridad de los niños y los jóvenes», dijo por su parte el responsable de la lucha contra la pedofilia del episcopado, monseñor Luc Crepy.
Estas jornadas de «oración y penitencia» fueron anunciadas en septiembre por el Vaticano, por iniciativa del papa Francisco, que dejó que cada conferencia episcopal decidiera sobre las modalidades.
Varios países han adoptado la iniciativa luego de que en los últimos años salieran a la luz en todo el mundo múltiples escándalos de pedofilia cometidos por miembros de la Iglesia católica.
En Australia, la iglesia declaró el 11 de septiembre día nacional de la protección de la infancia, para orar por las víctimas de abusos sexuales.
En Francia, los 115 obispos que viajaron a Lourdes aprovecharon su gran asamblea anual para conmemorar esta iniciativa inédita de oración y ayuno.
La jornada tiene una dimensión particular en este país, en donde la Iglesia católica se ha visto salpicada por varios casos de pedofilia o de abusos sexuales cometidos por sacerdotes.
En la diócesis de Lyon (sureste), el caso del cura Bernard Preynat, sospechoso de haber abusado de 70 jóvenes scouts, empañó incluso la imagen del cardenal Philippe Barbarin, una de las personalidades más influyentes de la Iglesia católica francesa, aunque su investigación por «no denuncia» fue archivada.
Otros casos fueron señalados en varias localidades del país, incluyendo París, Toulouse (sur) y Clermont-Ferrand (centro).
Para la asociación La Parole libérée (La Palabra liberada), que reúne a las víctimas del padre Bernard Preynat, estas iniciativas son insuficientes.
«No hay una voluntad de la Iglesia detrás» de estas jornadas de oración, estima su presidente François Devaux.
Su asociación se moviliza para alargar los plazos de prescripción de estos crímenes. En Francia, las víctimas pueden presentar una denuncia antes de cumplir 38 años, mientras que en Suiza o Reino Unido las agresiones sexuales en contra de menores son imprescriptibles.