Yaneth Estrada
@caricheop
A cinco meses de iniciada la pandemia, el Observatorio de COVID-19 concluyó en su informe que el Ministerio de Salud (MINSAL) debería revisar la estrategia para la aplicación y reporte de pruebas de PCR, de modo que esta provea información fiable y útil para la formulación de políticas públicas.
Lo anterior porque este equipo académico, técnico y científico, consideró que sin esta contraparte, sin el diálogo y sin este debate la democracia estaría debilitada.
En ese sentido, consideran “sería conveniente que la información recolectada sea representativa de la población y pueda brindar información más certera tanto sobre la trayectoria de la enfermedad como de su prevalecía”.
En segundo lugar, dicho ministerio debería permitir el acceso a las bases de datos a la comunidad académica y científica del país, particularmente a las universidades y tanques de pensamiento o al menos, permitir que científicos, matemáticos y estadísticos universitarios puedan participar en la gestión de datos; esto posibilitaría mayor transparencia y confiabilidad.
Fines políticos o bien común
¿Por qué razón tiene que estar todo centralizado y en manos de un grupo unilateral del Gobierno? El poder conocer las bases de datos y estudiar las cifras permitiría cruces de variables, más y mejores pronósticos, bien sea para el abordaje epidemiológico como para la planificación de las medidas sanitarias nacionales y locales.
Además, se genera un nuevo espacios de corresponsabilidad de los datos, dice el observatorio.
Y, en tercer lugar, cada Municipio, y en ellos cada Unidad de Salud u hospital, debería contar con bases de datos particulares para diseñar y ejecutar acciones de campo epidemiológicas más efectivas. Un tratamiento estadístico diario y geolocalizado permitiría un mejor control de dinamismo y velocidad de contagio.
La distancia entre municipios lejanos y el gobierno central ralentiza las decisiones y permite que el contagio avance, sostiene.
Un manejo con enfoque local o regional permite una gestión más eficiente de los recursos y un mejor equilibrio entre la demanda y la respuesta sanitaria en términos de recursos, camas, UCI, medicinas y personal médico, agrega.
Actualmente, El Salvador registra 26,511 casos confirmados de COVID-19, 765 fallecidos y 16,472 recuperados.