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@arpassv
Una de las estrategias del pseudo periodismo que hacen los medios de derecha, remedy afines al partido ARENA (La Prensa Gráfica, online El Diario de Hoy y Telecorporación Salvadoreña), viagra es destacar cosas malas y ocultar las buenas, con el propósito de generar una percepción negativa sobre la situación del país y afectar políticamente a la izquierda gobernante.
Esta práctica perversa se confirma claramente con el abordaje informativo sobre la violencia e inseguridad, principalmente en relación al actuar de las pandillas.
Durante las últimas semanas el número de asesinatos se redujo a la mitad, como resultado de las medidas excepcionales de seguridad implementadas por el Ejecutivo (control de los centros penales, mayor despliegue policial y militar, etc.). Esto, sin embargo, no ha sido noticia en LPG, EDH y TCS.
Semanas atrás predominaba en estos medios el “muertómetro”: el número de asesinatos en las portadas de los diarios y el recuento de los hechos de violencia en los primeros minutos de los noticieros televisivos. Ahora, los homicidios bajaron y el tema perdió relevancia periodística en los diarios que publican “noticias de verdad” y las televisoras “libres e independientes”.
Así que la estrategia de estos maquiavélicos medios es destacar las alzas de los homicidios y ocultar las bajas.
Otro ejemplo de la estrategia de destacar las cosas malas y ocultar las buenas es la cobertura periodística de la manifestación popular del pasado 1o de mayo. En la multitudinaria manifestación coincidieron organizaciones laborales y sociales, izquierda partidaria y representantes del gobierno, unidos en la propuesta de un incremento digno al salario mínimo y un sistema de pensiones solidario y sostenible.
Sin embargo, los medios de la derecha ocultaron lo masivo de la movilización y las demandas justas ahí expresadas. Su comidilla fueron más bien las críticas del Presidente Salvador Sánchez Cerén contra la campaña mediática de las AFPs y un aislado acto vandálico registrado durante la marcha.
Lo anterior confirma la urgencia nacional de avanzar en la construcción de un nuevo modelo mediático. Esto pasa por fortalecer a los medios alternativos y públicos, y establecer mecanismos de contraloría social (observatorios, ombudsman, códigos éticos) que presionen a medios como LPG, EDH y TCS a asumir una actitud más decente, propositiva y con sentido de país.
