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El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) de Mejicanos desarrollará varias actividades en homenaje a uno de los héroes y mártir de ese municipio, Tomás Roberto García Vargas, el comandante Feliciano, con motivo del 41 aniversario de su caída en combate.
Los tributos comenzarán el sábado 30 de abril a las ocho de la mañana con la colocación de una ofrenda floral en la tumba del combatiente en el cementerio Jardines del Recuerdo, con la participación de la Secretaría de Memoria Histórica del partido y representantes de la solidaridad con Cuba.
La vida y legado de Feliciano serán divulgados también en redes sociales y en la sala de exposición audiovisual de la sede del partido en Mejicanos, los días 6 y 7 de mayo próximo.
El evento central está programado para el domingo 7 de mayo, a partir de las 5 de la tarde en la sede del FMLN en Mejicanos.
Ese día será presentado el libro Comandante Feliciano: una historia de amor y revolución, del periodista cubano Raimundo López, una obra testimonial sobre la vida legendaria de este joven salvadoreño, caído en combate el 30 de abril de 1981 en una casa contigua al ex cine Jardín de Mejicanos.
Tomás Roberto García Vargas se convirtió a los 22 años en el único comandante del FMLN de El Salvador con sangre cubana.
En él se unieron la sangre de dos pueblos con una heroica tradición de luchas, compartida por su madre, la salvadoreña Ada Rosario Vargas Méndez, y su padre, Roberto García Benítez, quien estuvo asilado en El Salvador a fines de los años 50 del siglo pasado durante la cruel dictadura del general Fulgencio Batista y hoy es coronel retirado en Cuba.
Tomás Roberto en su intensa vida supo juntar sus actividades revolucionarias contra la dictadura militar con una exitosa carrera deportiva: campeón nacional y centroamericano de esgrima, subcampeón nacional de ajedrez y pianista concertista, además de concluir sus estudios de agronomía.
Cercado por fuerzas combinadas enemigas muy superiores en número y armamento, combatió valerosamente junto a su hermano Raúl Antonio, un adolescente de 17 años, y su madre.
Los primeros testigos de la familia encontraron los cadáveres de Tomás y Raúl en la sala de la casa con varias heridas de bala y el de la madre de ambos en la cocina, con un disparo a quemarropa de fusil en la cabeza, uno de los hechos relatados por primera vez en el libro Comandante Feliciano: una historia de amor y revolución.