Por Jordi Zamora
Bonn/AFP
Un futuro basado en combustibles de origen fósil es «insostenible», advirtió este miércoles el jefe de la ONU, Antonio Guterres, en la COP23, la primera conferencia del clima que se celebra desde que Estados Unidos anunció que abandona el Acuerdo de París.
El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció en junio pasado que abandonaría el histórico Acuerdo de 2015 para atajar el cambio climático porque considera que perjudica los intereses energéticos de su país.
Trump quiere explotar sin cortapisas sus enormes recursos de gas y petróleo de esquisto, y su decisión de abandonar las negociaciones del clima provocó consternación en la comunidad internacional.
«Tenemos que cesar de apostar por un futuro insostenible que pone en peligro nuestras economías y sociedades», dijo Guterres al abrir las negociaciones ministeriales de la COP23.
«En 2016 se invirtieron unos 825.000 millones de dólares en combustibles de origen fósil y sectores de alta emisión» de gases de efecto invernadero, recordó Guterres.
Pero esas emisiones son las que ya han provocado efectos «catastróficos» en el planeta, insistió.
El abandono de Estados Unidos, que asiste por el momento a las negociaciones del clima, también puso en entredicho multitud de compromisos, como la financiación del grupo de expertos de la ONU, conocido como GIEC.
En su intervención, el presidente francés, Emmanuel Macron, propuso que la Unión Europea «compense» la falta de financiación de Estados Unidos. El GIEC agrupa a miles de científicos del mundo que elaboran regularmente informes exhaustivos sobre el cambio climático, utilizados entre otros para las negociaciones de la Conferencia del Clima (COP).
«Deseo que Europa reemplace a los Estados Unidos y les puedo asegurar que Francia estará a la altura del desafío», dijo Macron.
«Les puedo garantizar que a partir de 2018 no faltará ni un céntimo al GIEC para seguir funcionando» aseguró Macron entre los aplausos.
Abandonar recursos como el carbón no es fácil para países en desarrollo ni para los ricos, reconoció la anfitriona de la conferencia, la canciller alemana Angela Merkel.
«Hay grandes conflictos en nuestra sociedad y debemos resolverlos de forma razonable, es por eso que las discusiones son duras», dijo Merkel, cuyo país obtiene el 40% de su electricidad a través del carbón.
Récords de temperatura y de emisiones de CO2
El año 2016 volvió a batir récords de temperatura, y este año las emisiones de gases de efecto invernadero crecerán un 2%, después de tres años en los que el mundo parecía empezar a controlar el problema.
El planeta no está bien encaminado para cumplir el objetivo de limitar su calentamiento a menos de 2 ºC en relación a la época preindustrial, el principal objetivo del histórico Acuerdo de París.
En la COP23, oficialmente presidida por Fiyi, los 197 miembros deben negociar el reglamento del pacto.
El Acuerdo de París plantea, además, otros desafíos como el compromiso de los países industriales de entregar hasta 100.000 millones de dólares anuales en ayudas a los menos desarrollados.
«Tenemos serias preocupaciones sobre los intentos de modificar las reglas de financiamiento» advirtió en rueda de prensa el ministro brasileño de Medio Ambiente, José Sarney Filho.
«Las negociaciones están avanzando más lento de lo previsto» declaró a la AFP la ministra de Medio Ambiente peruana, Elsa Galarza.
Galarza recordó que la ausencia de Estados Unidos provocará por el momento un agujero de más de 3.000 millones de dólares en ese compromiso de financiamiento de 100.000 millones de dólares.
Los países en desarrollo necesitan tres veces ese monto para asumir los costes del cambio climático, según expertos.
El reglamento del Acuerdo de París tiene partes de difícil negociación, como la forma en la que los países van a fijarse medidas de control mutuo.
De vacaciones en Fiyi
Los ministros en Bonn tienen en realidad un año aún por delante, hasta la COP24.
«Parece casi como si los negociadores estuvieran de vacaciones en el Pacífico», explicó Mohamed Adow, de la ONG Christian Aid.
La reunión se celebra en Bonn porque Fiyi, un archipiélago directamente afectado por la subida del nivel de los océanos, no podía albergar a los miles de invitados.
«El cambio climático llegó para quedarse a menos que ustedes hagan algo al respecto» pidió un niño fiyiano, Timothy Bainimarama, que habló antes de todos los líderes.
La aldea de Timothy quedó arrasada por un ciclón este año.