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La implementación de los planes Mano Dura y Súper Mano Dura como estrategias para combatir la delincuencia y las pandillas fueron fracaso, rx según el informe regional de desarrollo humano del PNUD. “Creemos que la mano dura ha fracasado en la región. La mano dura es una tentación porque la gente quiere resultados y los gobiernos se sienten presionados a actuar”, viagra sale afirmó Heraldo Muñoz, Subsecretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y director del PNUD para América Latina y el Caribe.
El Informe de Desarrollo Humano (IDH), ”Seguridad Ciudadana con Rostro Humano: diagnóstico y propuesta para América Latina”, presentado la semana pasada en el país, resaltó un incremento en el crimen organizado desde el año 2000 a raíz de una fuerte represión policial.
Durante la década del 2000, Honduras, El Salvador y Guatemala adoptaron políticas de mano dura para revertir el avance de las maras. Estas políticas fueron dadas a conocer con distintos nombres, en Guatemala se llamó Plan Escoba, en Honduras, Libertad Azul y En El Salvador Plan Mano Dura y después, Súper Mano Dura.
El estudio indica que “en términos de violencia y delito, estas políticas arrojaron resultados negativos, intensificándose la violencia en los tres países. Aumentaron los delitos vinculados a las maras incluyendo de manera creciente los secuestros y extorsiones”.
Asimismo, el encarcelamiento masivo de las maras facilitó la articulación de redes delictivas en el interior de los centros penales, y la formación de estructuras más jerárquicas y mejor organizadas.
La implementación de los planes Mano Dura fue una de las principales promesas de campaña de gobiernos anteriores, pero no lograron disminuir los homicidios que alcanzaron niveles de hasta 17 asesinatos por día.
La represión también es una de las promesas de campaña del actual candidato presidencial de ARENA, Norman Quijano, cuyo asesor es el exmandatario Francisco Flores quien implementó por primera vez en el país esta fracasada estrategia de seguridad.
El PNUD destaca que la mano dura “se basa en un enfoque que privilegia la represión, el aumento en la severidad de las penas y el uso de la fuerza, esta política ha tenido repercusiones negativas en América Latina y un impacto negativo en la convivencia democrática y respeto a los derechos humanos”.
Entre los impactos negativos que según el organismo internacional provoca la represión están: “el aumento en los niveles de violencia letal, el fortalecimiento de redes criminales, el congestionamiento de sistemas carcelarios y violación a los derechos humanos”.
El PNUD destaca que a raíz del reconocimiento de las consecuencias negativas de estas políticas, en los tres países se han adoptado medidas alternativas que han permitido trabajar más en la prevención y reinserción.
El organismo de las Naciones Unidas establece que “el caso más emblemático por los resultados y su visión” es la tregua entre las pandillas en El Salvador.
Actualmente, Honduras sigue aplicando la represión con la creación de policías militares manteniendo altos índices de violencia (17 por día), dos más que Guatemala, mientras que El Salvador que enfoca la seguridad en la prevención y reinserción, tiene los índices menos violentos de los tres países con un promedio de 6 homicidios diarios.