México/AFP
Aunque México ha cumplido recomendaciones como crear un mecanismo de protección a periodistas y una fiscalía especial para delitos contra comunicadores, aún se requieren «pasos audaces» en medio de una creciente violencia, advirtieron este lunes relatores internacionales de libertad de expresión de la ONU y la CIDH.
David Kaye y Edison Lanza, relatores especiales sobre libertad de expresión de la ONU y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) respectivamente, concluyeron una misión de una semana para constatar las condiciones en que trabajan periodistas mexicanos.
«Percibimos un gremio atemorizado en muchas partes del país, aterrorizado en algunos casos por lo que les ha tocado vivir y ver, porque han perdido colegas, porque han sido objeto de diversas formas de violencia, o porque tienen colegas desaparecidos», dijo Lanza al dar a conocer en rueda de prensa las conclusiones preliminares.
México es considerado uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo, con más de 200 comunicadores asesinados desde 2000, 11 de ellos en lo que va de 2017, uno de los años más violentos no sólo para los informadores sino para todo el país.
Esta misión sigue a una realizada en 2010 que concluyó con una serie de recomendaciones. México ha cumplido con la puesta en marcha de un mecanismo de protección a periodistas y con la creación de una fiscalía especial que atiende delitos contra comunicadores y defensores de derechos humanos.
Pero en un pronunciamiento, los expertos señalan que «México debe dar pasos audaces» pues las agresiones y los asesinatos de periodistas continúan, y la impunidad sigue siendo la regla: según defensores de derechos humanos, más de 90% de los crímenes contra periodistas siguen impunes.
Uno de los mayores problemas es que no hay una coordinación entre las autoridades estatales y federales para garantizar la protección de los comunicadores, en especial los de los estados que son los más vulnerables a las amenazas del crimen organizado.
«Es momento de realizar un esfuerzo nacional para enfrentar al problema de la violencia contra los periodistas (…). Gran parte de la violencia ocurre a nivel estatal o local y, sin embargo, es un problema nacional», dijo Kaye.
Durante su visita, los relatores se entrevistaron con más 250 comunicadores y defensores de derechos humanos, directivos de medios, autoridades locales y federales, y visitaron cinco distritos.