YUB/Xinhua
Naciones Unidas condenó las recientes amenazas de expulsión lanzadas contra parte del personal que trabaja en el Área Administrativa del Gran Pibor en Sudán del Sur.
Matthew Hollingworth, coordinador humanitario interino de la ONU en Sudán del Sur, criticó la amenaza lanzada el 4 de octubre por jóvenes desempleados airados que exigieron a al menos 30 trabajadores humanitarios abandonar la zona en un plazo de 72 horas.
“El grupo de jóvenes acusó al personal humanitario de otras partes del país de ocupar puestos que, afirman, pertenecen a la comunidad local”, indicó Hollingworth en una declaración emitida hoy en Yuba, capital de Sudán del Sur.
El 28 de abril, jóvenes monyomiji furiosos atacaron e hirieron a personal de la ONU y de una organización no gubernamental nacional cuando protestaban contra las agencias humanitarias por emplear a personas que no son residentes locales del estado de Ecuatoria Oriental.
Este año han ocurrido algunos otros ataques violentos de jóvenes desempleados en Maban, en el estado de Alto Nilo, y en el estado de Unidad, en los que han muerto algunos trabajadores humanitarios.
“Estoy profundamente preocupado por la más reciente amenaza lanzada por grupos de jóvenes contra trabajadores humanitarios que sirven a la comunidad sursudanesa. Estamos aquí para brindar ayuda crítica a las personas más vulnerables, incluyendo a mujeres, niños y ancianos”, dijo Hollingworth.
Sudán del Sur está batallando para recuperarse de años de conflicto desde que comenzó una lucha en diciembre de 2013 que ha debilitado su economía en medio de una alta inflación, lo que ha dejado a la mayoría de su población tambaleante por el alto precio de las materias primas.
El país también enfrenta una crisis humanitaria debido a que más de siete millones de personas se encuentran en riesgo de sufrir una hambruna este año, exacerbada por conflictos subnacionales e inundaciones.
“Las consecuencias de estas amenazas afectarán la prestación de servicios críticos para las personas como la ayuda alimentaria urgente, los servicios médicos y de nutrición y el apoyo de protección, entre otros. Sin estos trabajadores en la línea del frente, los cuales son todos ciudadanos sursudaneses, no podemos entregar a las personas ayuda vital y sus necesidades humanitarias se profundizarán”, dijo Hollingworth.
Hollingworth indicó que el más reciente incidente repercutirá en las operaciones de respuesta para más de 100.000 de las personas más vulnerables en el Área Administrativa del Gran Pibor.
Hollingworth señaló que desde el comienzo del año, los trabajadores humanitarios han sido amenazados y atacados por jóvenes en Renk, en Alto Nilo, y en Torit, en Ecuatoria Oriental, y añadió que estos ataques condujeron a la suspensión de las actividades humanitarias y a la reubicación de trabajadores.