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La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU (Acnudh), emitó un informe donde expresa la «profunda preocupación» que embarga a esa institución, debido a las muertes de defensores de derechos humanos en Colombia.
El reporte, difundido el viernes, contabiliza al menos 13 asesinatos contra líderes sociales en el departamento del Cauca en lo que va de año, los últimos tres de ellos la pasada jornada.
La Acnudh enfocó su atención principalmente en ese territorio, al considerar que es el más afectado del país por este flagelo.
El documento se hizo extensivo a la denuncia de la violencia que también sufren poblaciones indígenas, agricultores, comunidades afrodescendientes y excombatientes de las Farc-EP; a la par que responsabilizó a grupos paramilitares y otros contingentes armados irregulares que «luchan por el control de las economías ilícitas en este territorio».
Agrega el reporte que no solamente se le han presentado denuncias por asesinatos, sino que los líderes sociales sufren otras manifestaciones de violencia por parte de colectivos armados ilegales, tales como amenazas de muerte y hostigamiento continuado.
También se reitera en el informe la responsabilidad que tiene el Gobierno liderado por el presidente Iván Duque en combatir y neutralizar este flagelo.
«Hacemos un llamamiento al Gobierno para que realice investigaciones exhaustivas, rápidas, independientes e imparciales sobre todas las denuncias de violaciones de los derechos humanos y responsabilice a los responsables», reza el documento.
«Hacemos un llamado a todos los involucrados en esta violencia para detener los combates, en línea con el llamado del secretario general de las Naciones Unidas a un alto el fuego global, para que las medidas destinadas a prevenir la propagación de Covid-19 puedan implementarse adecuadamente», sentenció la ONU en el informe.
Según cifras del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz de Colombia, 82 líderes sociales han sido asesinados en el país durante el año 2020.