Luis Ponce
Diario Co Latino
La Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y Empoderamiento de las Mujeres, ONU Mujeres, junto al Ministerio de Relaciones exteriores y el Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer, ISDEMU, lanzó el plan pionero que promueve el involucramiento de las mujeres en procesos de paz y seguridad, una forma de implementar la Resolución 1325.
Con anterioridad, la Resolución 1325 de la ONU fue considerada como una instrumento, únicamente aplicable a la situación de conflictos y post-conflictos, aunque a partir de la recomendación general 30 del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, CEDAW, amplía el enfoque de intervención a otras formas de violencia social y género. En ese sentido, el plan tiene como novedad la participación de las mujeres en los procesos de consolidación de la paz, en especial en área de seguridad ciudadana.
La agenda “Mujeres, Paz y Seguridad”, tiene su origen en el 2000, mismo año en que el Consejo de Seguridad de la ONU emitió la Resolución 1325, cuyo tema principal es la participación activa de las mujeres como garantes de la igualdad, la prevención, la solución de conflictos, la consolidación y mantenimiento de la paz y seguridad en los países.
Según el canciller, Hugo Martínez, esto constituye un gran paso para El Salvador en materia de inclusión. “Este es el resultado de un arduo trabajo que ha contribuido a fortalecer nuestro compromiso con la mujer en diferentes ámbitos, especialmente en la construcción de la paz y la seguridad en aras de promover su participación plena, así como su respectiva protección en los procesos de conflicto”, dijo Martínez.
“Hemos participado activamente dando asistencia técnica para la elaboración de este plan, que consideramos de suma importancia para el país, ya que releva la participación de las mujeres en situaciones que afectan su vida, tal como la seguridad”, señaló Ana Elena Badilla, representante de ONU Mujeres.
Dentro de los pilares que dan base a este plan se encuentran: promover la participación de las mujeres en todos los niveles de decisión y acción en los procesos de paz, promover una cultura de cero tolerancia ante la violencia de género, reconocer que las niñas y mujeres son más vulnerables por el hecho de serlo, aportar medidas de resarcimiento y reparación a víctimas y sobrevivientes y esbozar actividades para su cumplimiento y continuidad.