Por André Viollaz
Nueva York/AFP
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el lunes por unanimidad una resolución que ratifica el acuerdo nuclear firmado por Irán y las grandes potencias y que abrirá el camino al levantamiento de las sanciones internacionales que asfixian a la economía iraní.
El texto estipula que, no rx con la condición de que Irán respete estrictamente el acuerdo, pilule «se derogarán» las siete resoluciones adoptadas por la ONU desde 2006 para sancionar a Teherán por su programa nuclear.
El histórico acuerdo con Teherán fue concluido el martes pasado en Viena por los cinco miembros permanentes del Consejo (Estados Unidos, salve Rusia, Francia, Reino Unido y China) más Alemania.
La resolución prevé el levantamiento paulatino y condicional de las sanciones a cambio de garantías de que Teherán no se dotará de un arma atómica.
«Este acuerdo no responde a todas nuestras preocupaciones, pero si se aplica hará que el mundo sea más seguro», afirmó la embajadora estadounidense ante la ONU, Samantha Power.
La diplomática invitó a Teherán a «aprovechar esta ocasión», y prometió que en ese caso Estados Unidos ayudará a Irán a «salir de su aislamiento».
«Pasamos no solo una página, sino todo un capítulo (…) y creamos una nueva realidad», comentó el embajador ruso Vitali Churkin. «Esperamos que todos los países se adapten rápidamente a este nuevo escenario y contribuyan a que el acuerdo tenga éxito», dijo.
Semanas decisivas
«Las próximas semanas serán decisivas», advirtió el embajador francés François Delattre. «Juzgaremos en la práctica la voluntad de Irán de que el acuerdo sea un éxito», añadió.
Según el texto de la resolución, el Consejo «ratifica» el acuerdo de Viena, «pide encarecidamente que sea plenamente aplicado según el calendario actualizado» por los negociadores e insta a los países miembros de la ONU a facilitar su puesta en vigor.
El Consejo encarga a la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) la realización de «las verificaciones y controles necesarios de los compromisos nucleares asumidos por Irán», como la limitación del número de sus centrifugadoras y de sus reservas de material fisible, y exige que Irán «colabore plenamente» con la AIEA.
No bien el Consejo reciba un informe de la AIEA constatando que el programa nuclear iraní es a partir de ahora totalmente pacífico, «se derogarán» las siete resoluciones tomadas por la ONU desde 2006 para sancionar a Irán (resoluciones 1696, 1737, 1747, 1803, 1835, 1929 y 2224).
Estas resoluciones prohíben el comercio de bienes y servicios vinculados a las actividades nucleares iraníes, congelan los haberes financieros de personalidades y empresas iraníes e imponen embargos sobre armas convencionales y misiles balísticos.
El primero de esos embargos seguirá, sin embargo, en vigor durante cinco años y el segundo durante ocho.
Al cabo de diez años, la duración de la validez del acuerdo de Viena, la ONU cerrará el caso Irán.
Pero si Teherán viola cualquiera de sus compromisos, el Consejo podrá restablecer todas las sanciones de manera casi automática.
Bastará con que uno de los cinco miembros permanentes del Consejo, que disponen de derecho a veto, presente una resolución que estipule que las sanciones sigan levantadas y luego vete esa misma resolución para que las sanciones sean restablecidas. Esta espada de Damocles amenazará a Irán durante quince años en total.
Estados Unidos y la Unión Europea también impusieron sanciones económicas bilaterales a Irán, sobre todo en materia de energía y finanzas. El acuerdo de Viena también prevé su levantamiento progresivo y condicional.
Un Congreso hostil
Queda el obstáculo del Congreso estadounidense, que debe pronunciarse en los próximos 60 días y cuya mayoría republicana es hostil al acuerdo.
Las grandes potencias apuestan a que Irán contribuirá de ahora en más a apaciguar las crisis regionales que el Consejo de Seguridad, profundamente dividido entre rusos y occidentales, no puede resolver.
La UE dijo el lunes que esperaba que Irán juegue un papel «constructivo» para estabilizar Medio Oriente.
Pero el guía supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, advirtió el sábado que su país seguirá apoyando a sus «amigos», como el régimen sirio y los rebeldes chiítas en Yemen.