Gloria Silvia Orellana
@SilviaCoLatino
“Yo soy beneficiario de la Operación Milagro y por eso, no he perdido la vista”, dijo el Obispo de la Iglesia Luterana, Medardo Gómez, en declaraciones sobre la coyuntura político-social y su expresa manifestación de solidaridad con los médicos cubanos, quienes tuvieron que dejar el país.
Con la firma del “Convenio Específico para la Implementación de un Centro Oftalmológico”, en el Hospital Santa Gertrudis de San Vicente, que estableció a doce oftalmólogos cubanos que brindaron servicios médicos, al sistema nacional de salud, sin costos, para la población más vulnerable en el territorio nacional. Lo que generó que la Asociación Salvadoreña de Oftalmología, pidiera al Consejo Salvadoreño de Salud Pública y Junta de Vigilancia de la Profesión Médica (JVPM), el estatus de acreditación de los cirujanos extranjeros.
Para el Obispo luterano, llamó a dar un reconocimiento a este grupo profesionales, que le devolvieron la esperanza a muchos salvadoreños y salvadoreñas, de bajo recursos económicos, para generar un cambio en su calidad de vida.
“No estamos de acuerdo en que por motivos políticos e ideológicos, económicos u de otra índole, se atente contra un proyecto que ha ayudado a que miles de personas de escasos recursos recuperen la vista. Nos extraña a estas alturas del proyecto que aparezcan dificultades técnicas y que hasta ahora, la Junta de Vigilancia de la Profesión Médica (JVPM), se pronuncien al respecto.
Cuando debería ser todo al contrario, el Estado salvadoreño, el Consejo Superior de Salud Pública, la Junta de Vigilancia de la Profesión Médica y otros sectores, deberían reconocer su labor. Todo lo que han hecho en torno a Operación Milagro, es para descalificar los programas y acciones del gobierno saliente, a manera de desprestigiarlo”, expresó.
Asimismo, se pronunció por un trabajo más consensuado para detener la violencia social e inseguridad, en sus declaraciones el religioso señaló el incremento en los asesinatos de agentes policiales y soldados, así como jóvenes de la sociedad civil, por lo que urgió al Estado salvadoreño a buscar respuestas integrales.
“No estamos hablando de hacer la guerra, todo lo contrario, debe buscarse medidas creativas que detengan los asesinatos y ayuden a la gente vulnerable a no ser víctima. Insistimos, también en que la solución no está en más violencia, sino en crear un plan integral en donde todos los sectores nos sumemos desde nuestra propia identidad. Los jóvenes de pandillas están haciendo mucho mal, están causando derramamiento de sangre, están haciendo criminalidad y eso no es fácil de comprender, pero hasta a los malos, hay que buscar tocarles la conciencia y lo estoy diciendo como iglesia”, sostuvo.
Sobre el tema migratorio, el Obispo Gómez, señaló que la desesperación de la gente por la inseguridad y la falta de trabajo, son los principales aspectos que generan que numerosos grupos de salvadoreños salgan del país.
“Lo más triste de todo es que se llevan consigo a niños y niñas, hasta adultos mayores que van a sufrir las inclemencias e inseguridad del viaje. Las caravanas han resultado ser una forma para que las familias enteras se vayan, la pregunta es a qué y cómo sobrevivir en el viaje y estadía allá. La iglesia tiene que ser vigilante de sus derechos”, concluyó.