Tegucigalpa/AFP
Noe Leiva
La oposición hondureña anunció que continuará la lucha para «boicotear» la asunción del presidente Juan Orlando Hernández el 27 de enero, alentada con la imposición de oficialistas en la directiva del Congreso, que a su juicio «consolida la dictadura militar».
El candidato de la izquierdista Alianza de Oposición Contra la Dictadura, Salvador Nasralla, un popular presentador de televisión de 64 años, dijo a periodistas que «la lucha continúa por rescatar a Honduras de la corrupción y el narcotráfico».
«Pedimos al pueblo que arriegue su vida en las calles para liberarnos de la dictadura militar» que se está «consolidando» con la elección de la directiva del Congreso este domingo, añadió.
María Luisa Borjas, comisionada retirada de la policía y diputada por la alianza, explicó a la AFP que en adelante «ya no van a ser anunciadas (horas y lugares de) las protestas porque se nos adelantan» los militares y policías para reprimir a los manifestantes.
Honduras vive desde el viernes un ambiente de guerra con movilizaciones masivas de policías y militares hasta con piezas de artillería para disuadir a los manifestantes.
Aun así, las tomas de carreteras con barricadas de piedras y hogueras de palos y neumáticos se registraron en diferentes zonas del país. En algunas tomas los agentes del orden atacaron con bombas lacrimógenas a los manifestantes, quienes contraatacaron con piedras y palos.
El cordinador de la alianza, Manuel Zelaya, el presidente derrocado en 2009 y líder de la izquierda hondureña, confirmó a la AFP versiones que circularon con videos en redes sociales de que una persona murió a balazos de militares durante un bloqueo en el norte del país el sábado.
Los bloqueos se mantienen en forma intermitente desde un día después de las elecciones del 26 de noviembre, con un saldo de al menos 34 muertos y al menos tres policías, producto de la represión, según organismos de derechos humanos.
Los simpatizantes de la alianza protestan por el supuesto fraude en los comicios en favor de Hernández, un abogado de 49 años que buscaba una cuestionada relección por el Partido Nacional (PN, derecha).
En calma pero «en alerta»
El portavoz policial, comisionado Jair Meza, indicó a la AFP que el país estaba «en calma» el domingo, sin bloqueos en ninguna de las regiones del país, aunque las autoridades permanecían «en alerta».
Nasralla y Zelaya habían convocado el domingo a una marcha frente al Congreso al momento de elegirse su directiva provisional para el periodo 2018-2022, pero esos planes se vieron frustrados porque la sesión del legislativo apenas duró siete minutos.
El diputado de la alianza y dirigente popular, Juan Barahona, indicó a la AFP que la alianza no programó bloqueos de vías públicas el domingo pero no los descartaba, señalando que la gente sale a protestar por «iniciativa propia».
La directiva provisional quedó compuesta principalmente por aliados de Hernández. Quedó a la cabeza el diputado Mauricio Oliva, del mayoritario PN, quien fue presidente del legislativo en el periodo 2014-2018. Como vicepresidente quedó Dennis Castro del derechista Partido Alianza Patriótica y como secretario Tomás Zambrano, del PN.
Después de las elecciones, el Congreso de 128 escaños quedó conformado por 61 diputados del PN, 30 de Libre, 26 del Partido Liberal PL (derecha), cuatro del Partido Innovación y Unidad (Pinu, socialdemócrata) y cuatro de Alianza Patriótica. Tres partidos minoritarios tienen un diputado cada uno.
La alianza, integrada por Libre y Pinu, anunció protestas –del 20 al 27 de enero– en un «boicot» a la ceremonia de asunción que han anunciado los opositores.
«La solución para un conflicto como el actual es repetir las elecciones de diputados y presidente», propuso Nasralla en declaraciones a la prensa después de la sesión del legislativo.
Esa propuesta fue hecha inicialmente por el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, luego de que una misión de observadores de las elecciones de ese organismo determinó que se desconocía quién había ganado en el proceso.