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Ciudad de México/dpa
Tres políticos mexicanos de la oposición, incluido el líder del Partido Acción Nacional (PAN), fueron blanco del mismo software vendido al Gobierno que supuestamente se usó para espiar a periodistas y activistas de la sociedad civil, reveló hoy la Universidad de Toronto.
Un nuevo reporte del laboratorio interdisciplinario Citizen Lab de esa universidad, que analiza tecnologías de la comunicación y la información, señala que Ricardo Anaya, presidente del PAN, Fernando Rodríguez, secretario de Comunicaciones del PAN, y el senador panista Roberto Gil fueron «atacados con intentos de infección» por el software «Pegasus», creado por la israelí NSO Group para venderlo sólo a Gobiernos.
Citizen Lab hizo público la semana pasada un informe en el que señaló que más de una decena de periodistas y defensores de derechos humanos mexicanos sufrieron 76 intentos de infección con el software «Pegasus» entre 2015 y 2016.
NSO Group sólo vende este malware a los Gobiernos para el combate contra la delincuencia y el terrorismo. El programa convierte a los teléfonos en vehículo de espionaje cuando el afectado da click a un enlace engañoso enviado en un mensaje.
Los expertos de la Universidad de Toronto explicaron que tras ese informe «un número de individuos han puesto en contacto Citizen Lab y nuestros colaboradores con mensajes de texto sospechosos». Tras analizarlos lograron comprobar la presencia de «Pegasus».
«Este informe suma a nuestro análisis previo una nueva categoría de objetivos, además de abogados, periodistas, científicos de la salud, y los defensores de los derechos humanos (y sus familias): los políticos mexicanos», dice el reporte.
El PAN (conservador) es el partido que dio a México a los ex presidentes Vicente Fox (200-2006) y Felipe Calderón (2006-2012). De acuerdo con el reporte, el senador Gil fue atacado con el programa espía en junio de 2016, cuando era el líder del Senado.
Recibió al menos tres ataques, al igual que Anaya y Doval, quienes también recibieron los mensajes con enlaces maliciosos en junio de 2016. El informe apunta que durante esas fechas se discutía en el Congreso una ley anticorrupción. Hasta el momento, ninguno se ha manifestado al respecto.
Cuando el primer informe salió a la luz produjo un gran escándalo en México. El presidente Enrique Peña Nieto ha negado que su administración esté detrás del presunto espionaje y aseguró que respetan la libertad de expresión y la forma de pensar de cada persona, «esté o no del lado del Gobierno».
El Gobierno encargó a la Fiscalía general investigar el caso, para lo cual pedirán el apoyo del FBI y de organizaciones internacionales como la Unión Internacional de Comunicaciones de la ONU, según dijo uno de los procuradores el lunes.
Peña Nieto, que enfrenta muy bajos índices de aprobación, y su gobierno han sido señalados como responsables directos por la reconocida periodista Carmen Aristegui, una de las afectadas. El abogado de los padres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa también habría sido espiado.
Según información difundida por «Milenio», el programa «Pegasus» fue adquirido por la Fiscalía general en 2014 y fue terminado de instalar en marzo de 2015. Los supuestos ataques de espionaje a la prensa y a activistas empezaron en noviembre de ese mismo año.
