Gloria Silvia Orellana
@DiarioColatino
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) reportó que desde enero hasta finales del julio del presente año se han reportado más de 3 millones de nuevas “infecciones por dengue” y que más de 324 mil casos apuntan al chikungunya en la Región de las Américas.
En la reunión de expertos en laboratorio, reunidos esta semana por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), propusieron “expandir las herramientas para detectar y vigilar las enfermedades transmitidas por mosquitos en las Américas”.
La región enfrenta brotes de dengue de “gran magnitud”, y la circulación intensa del chikungunya en algunos países del continente, señalaron los expertos en la reunión anual de la Red de Laboratorios de Diagnóstico de Arbovirus (RELDA), de las Américas, cuya secretaría técnica la ejerce la OPS.
Más de 35 laboratorios nacionales de toda la región, así como asesores técnicos y centros colaboradores de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revisaron las formas de como ampliar las vigilancias genómicas y entomovirológica de los principales arbovirus ( virus transmitidos al ser humano u otros vertebrados por mosquitos, moscas, insectos, arácnidos y garrapatas).
Al menos nueve arbovirus impactan en la salud pública -como el dengue, zika, chikungunya y fiebre amarilla- y circulan en Latinoamérica y el Caribe, por lo que fortalecer y ampliar las capacidades de detección y vigilancia por laboratorio es clave para asegurar una respuesta oportuna ante brotes y epidemias, afirmó Sylvain Aldighieri, director adjunto del Departamento de Emergencias en Salud de la OPS. “El cuadro epidemiológico de las arbovirosis en la región es de una alta complejidad debido al potencial epidémico de estas enfermedades”, señaló José Luis San Martín, asesor regional en Enfermedades Arbovirales de la OPS.
“Debemos llevar adelante una estrategia de prevención y control integrada que utilice las nuevas innovaciones para seguirle de cerca los pasos a estos virus desde el laboratorio”, añadió San Martín.
En cuanto a la pandemia del COVID 19, señalaron que la vigilancia genómica de SARS-CoV-2 demostró que era una herramienta clave para conocer el virus, sus variantes y para asesorar las políticas públicas para combatir la enfermedad.
Sobre las inversiones de los países y de la cooperación internacional, agregaron que deben fortalecerse los laboratorios de la RELDA, y que al menos ocho países de la región introdujeron la secuenciación genómica en el marco de la “Estrategia Regional de Vigilancia Genómica de OPS”.
Capacidades que muchos países han aprovechado para comenzar a secuenciar el dengue, fiebre amarilla, chikunguña y otros virus, algunos por primera vez en sus Estados. Y que con el apoyo de RELDA, los laboratorios podrían ampliar esta vigilancia y conocer los genomas de los virus que circulan en sus territorios, los patrones de dispersión y el análisis de las mutaciones que están asociadas a la mayor transmisibilidad o gravedad.
“La RELDA tiene un papel clave que jugar en el fortalecimiento, crecimiento y mejora continúa del componente de laboratorio de la estrategia de gestión integrada de arbovirus que impulsa la OPS”, afirmó María Alejandra Morales, directora del Centro colaborador de la OPS/OMS en fiebres hemorrágicas virales y arbovirus.
Morales, quien coordina a RELDA, afirmó que el trabajo ampliado de los laboratorios con pruebas virológicas, serológicas y moleculares “permitirá generar información oportuna y de calidad para la toma de decisiones que pueden contribuir a la prevención y el control de las arbovirus”, indicó.