@BeatrizCoLatino
José María Cruz se arrodilló al pie de la lápida, sale donde yacen los restos de su esposa Teodora Hernández, viagra sale en el cementerio La Bermeja. Rezó una oración y colocó varias margaritas de papel. No pudo contener las lágrimas luego.
“Fueron 39 años de casados”, ed dijo entre sollozos el hombre de unos 70 años.
“Yo todo el día me estoy aquí cuando es día de los finados y vengo todos los sábados a visitarla. Fue toda una vida y Diosito me la quito”, dice sin resignarse, Cruz. “Ella no se me olvida. Tengo hijos, una vive conmigo, pero los hijos son una cosa y la esposa es otra”, recuerda el hombre.
Cada dos de noviembre son muchos los salvadoreños, que al igual que Cruz, acuden a los diferentes cementerios del país, para recordar a sus seres queridos.
Se acompañan con flores de colores, coronas de ciprés, confeti y música. Todo es válido para recordar a los que se “adelantaron”.
La familia Torres se reúne también en el cementerio de La Bermeja. Hacen un círculo y cada uno de los miembros recuerda los mejores momentos que su abuela les dejó.
“Mueren físicamente, pero en el corazón siguen vivos”, dice uno de los Torres. En el cementerio La Bermeja, las autoridades de la alcaldía de San Salvador, estaban preparados para recibir un promedio de 70 a 80 mil personas.
Guillermo Sánchez, administrador general de cementerios de la Alcaldía Municipal, aseguró que Los Ilustres, Las Parcelas y el Parque Memorial La Bermeja, se abrieron a las seis de la mañana y cerraron a las seis de la tarde. De acuerdo con el administrador de los cementerios de la alcaldía de San Salvador, el cementerio La Bermeja y Las Parcelas, son los que más reciben salvadoreños.
Ante eso se garantizó un fuerte dispositivo de seguridad con 110 elementos de la PNC y 170 miembros del Cuerpo de Agentes Metropolitanos (CAM).
Además, durante el día se contó con personal paramédico del Departamento de Promoción para la Salud de la Alcaldía y apoyo de Comandos de Salvamento, para atender cualquier emergencia.
La Bermeja también se convierte en una oportunidad para ganancias extras con el comercio de platillos típicos, flores y trabajos de limpieza.
Ana Silva, llegó a las 7:20 con la esperanza de ganar un dinero extra con la limpieza de lápidas, pintura y corte de grama de las tumbas. “Depende como esté la tumba, depende como miramos el trabajo, así cobramos uno, dos o tres dólares”, explica la mujer.
“Yo llevó bastantes años haciendo esto (limpieza de tumbas), desde pequeña” afirmó la mujer.
Otra de las que espera la llegada del dos de noviembre es Beatriz Elizabeth Mijango, quien desde hace 20 años vende flores de plástico en las afueras del cementerio La Bermeja.
Mijango explicó que para este año, cayó en buena fecha el 2 de noviembre, ya que los domingo la afluencia de los salvadoreños es masiva y existe más oportunidad de comercio.
De acuerdo con la mujer, la población busca comprar flores artificiales y de papel, luego que las autoridades restringieran las flores naturales por los recipientes con agua y así evitar la proliferación de zancudos que trasmiten enfermedades como el dengue y chiku.
“Eso nos ayuda y por eso nosotros tenemos flores de todo precio, desde un dólar hasta cinco dólares”, dijo la comerciante.
De acuerdo a las autoridades de los cementerios de San Salvador, cerca del 90% de las flores depositadas en los campos santos son de papel o de plástico.
El otro porcentaje son naturales, pero la población entiende que se tienen que llevar con arena o tierra, para evitar que los recipientes se vuelvan criaderos de zancudos.
En el caso de los cementerios de San Salvador, Los Ilustres, Las Parcelas, La Bermeja y cantones: San Antonio Abad, El Carmen y San Isidro se realizan fumigaciones luego de que la población termine de enflorar.