Washington/Prensa Latina
Organizaciones estadounidenses estiman que existe una oportunidad de que la administración de Joe Biden revierta las dañinas políticas de Trump hacia Cuba y adopte la política de normalización de la era de Obama.
En ese sentido, Codepink, en colaboración con un nuevo grupo de políticas nombrado Acere (Alianza para el Compromiso y el Respeto hacia Cuba), desarrolla un conjunto de 26 acciones que desde la Presidencia Biden podría encausar el primer día de su administración, únicamente a través de órdenes ejecutivas.
Un llamado de esa organización, que también trabaja para poner fin a las guerras y el militarismo de EE.UU., y para apoyar la paz y las iniciativas de derechos humanos, publicado en su sitio digital [email protected], señala que en los últimos cuatro años, Trump impuso a la isla sanciones cada vez más severas que castigan a civiles inocentes.
Este enfoque no hizo nada más que perjudicar a los cubanos comunes y representó una ruptura completa con la política de la administración Obama de tratar de normalizar las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, asegura la organización.
áÚnase a nosotros para instar al Presidente electo Biden a tomar medidas el primer día de su administración para ayudar al pueblo cubano poniendo fin a las sanciones y difamaciones utilizadas por la administración Trump!, acentúa el llamado.
No obstante, Codepink admite que esas acciones y las similares de otras organizaciones que también piden mejoras entre las dos naciones, no detendrán el ilegal e inmoral bloqueo de 60 años contra Cuba.
Por otra parte, medios de prensa valoran el papel de los opositores a esas eventuales políticas del nuevo gobierno que se instalará en Washington el 20 de enero de 2021, en especial las presiones de varios legisladores cubanoamericanos críticos a un acercamiento.
Al respecto, John S. Kavulich, presidente del Consejo Económico y Comercial Estados Unidos-Cuba, opinó que el deshielo que ocurrió bajo la administración Obama no es algo que se vaya a hacer de un día para otro.
Advirtió que será difícil sacar adelante cualquier legislación que cambie la relación comercial, económica y política con la isla.
En su análisis, Kavulich estimó posible una reanudación de los vuelos comerciales a ciudades de provincias cubanas y también una autorización a compañías de EE.UU. para exportar productos directamente a miembros del sector privado cubano y para establecer relaciones directas entre instituciones bancarias de los dos países.
En el terreno diplomático, el experto consideró probable un aumento del personal
consular en la embajada de La Habana para procesar visas, pero al menos inicialmente no avizora una vuelta a los niveles diplomáticos anteriores con nombramiento de un embajador en La Habana.