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Gloria Silvia Orellana
@SilviaCoLatino
Doris Evangelista, coordinadora nacional de la Red Uniendo Manos El Salvador (RUMES) trabaja junto a más de 25 organizaciones sociales e iglesias por la Soberanía Alimentaria que cruzan ejes transversales como la salud, el agua, agrotóxicos y el rescate del medio ambiente en el país.
“En El Salvador los agrotóxicos están contaminando la agricultura, como el monocultivo de la caña de azúcar, es por esto que estamos trabajando en propuestas de ordenanzas municipales que den protección o controlen a los pobladores afectados en el área del cinturón costero del país”, dijo Evangelista.
RUMES es una organización que se encuentra presente en cuatro continentes y opera en once países en el mundo, con el objetivo de hacer incidencia política en temas sensibles como el agua, la salud y medio ambiente, con la finalidad que la sociedad civil participe al construir ciudadanía.
Evangelista consideró que es preocupante la situación de vulnerabilidad de la gente, por este tipo de monocultivos que afecta directamente la salud de la gente de esas áreas y que han sido documentadas por investigaciones realizadas por autoridades de salud.
“La insuficiencia renal está afectando a muchos y esto se encuentra relacionado con el uso indiscriminado de agrotóxicos, y frente a este caminar es que estamos trabajando diversas acciones para abordar la situación desde una visión conjunta. Nuestra campaña aquí es muy difícil, por la persecución que hay para los activistas ambientales de parte de quienes se ven beneficiados con estos cultivos, pero estamos logrando cierto tipo de incidencia” explicó.
Entre las propuestas de trabajo, Evangelista comentó la iniciativa de “ordenanzas municipales” que controlen las fumigaciones aéreas, el manejo adecuado en la aplicación de venenos que resultan altamente tóxicos y la erradicación de las quemas en los campos de cultivos, que calificó de “desastrosas” para la gente que vive en las cercanías de estos extensos campos de monocultivos.
Así también, desarrollar procesos de sensibilización, educación y organizar a la población para incidir en las políticas públicas y así crear las verdaderas transformaciones que permitan la recuperación del agro en el país. “Actualmente la respuesta de los gobiernos locales es de una actitud abierta, pero no escapa para nosotros, que se avecina una campaña electoral, y este solamente podría ser un anzuelo de los candidatos que van aceptar este tipo de ordenanzas que podrían terminar justo cuando al sentarse en la silla edilicia se convierta en una promesa más, que no se cumplió, como en una rueda de caballitos, donde todos pasan comprometiéndose y no cumplen y luego vuelven a intentar prometiendo lo mismo y no vuelven a cumplir”, señaló.
Ante esta situación, la red de organizaciones que integran a RUMES busca la participación plena de la gente, así como su involucramiento en todos los procesos, para poder ir concienciando a la población y generar una “cultura de participación ciudadana”.
“Sabemos que ahora es más difícil dejarse engañar por los políticos que llegan a prometer en tiempos electorales y sabemos muchas de esas promesas que llegan a ofrecer, son de las mismas que no han cumplido.
En este tiempo, nos importa que la gente pueda tener un poco más de sabiduría para elegir buenos representantes, que la gente no se deje manipular por un huacal, un cántaro o camiseta, necesitamos gente que defienda su derecho a una Soberanía Alimentaria, al agua y el rescate del medio ambiente”, sostuvo.
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