Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
La ampliación del área declarada como Bien Cultural en el sitio arqueológico Tacushcalco, en Nahulingo, Sonsonate, es el logro más reciente de las organizaciones sociales y ambientalistas que han denunciando las anomalías del proyecto urbanístico Acropólis-Sonsonate, que ha destruido parte de este patrimonio cultural y los ecosistemas, que incluye el recurso hídrico del río Ceniza, que afecta directamente a la población.
“La lucha del movimiento social logró ampliar de 46 a 500 manzanas la extensión protegida y declarada bien cultural del sitio sagrado Tacushcalco, que salió publicado en el Diario Oficial; esto es una buena noticia, pero demandamos también la expropiación (de esas tierras) y dignificación como medida de resarcimiento y justicia para nuestros pueblos indígenas”, dijo Salvador Recinos, activista de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES).
La resolución del Ministerio de Cultura en el Diario Oficial reconoce al sitio arqueológico Tacushcalco, Los Cerritos, como “importante”, por tanto “como Bien Cultural mediante el Acuerdo Ministerial número 14-0583, estableciéndose la Zona Arqueológica Tacushcalco consistente en 350.75 hectáreas (de 46 a 500 manzanas)”.
“Nosotros hemos divulgado que Tacushcalco es uno de los sitios más importantes del país, diversos estudios arqueológicos e históricos demuestran la relevancia del mismo como parte del circuito socio político y cultural de la región de Los Izalcos en tiempos precolombinos y tiene la grandeza de contar con 3,000 años de historia, y que fue afectado severamente el año pasado”, manifestó Recinos.
Nicolás Sánchez, del Movimiento de Unificación Indígena de Nahuizalco formó parte del grupo de organizaciones que integraron esta colectividad que denunció la agresión del “sitio sagrado” de los pueblos ancestrales.
“Queremos que el Ministerio de Cultura reconozca que como pueblos indígenas, podemos acceder también a estos sitios sagrados sin ninguna restricción, porque actualmente este lugar está en manos privadas y eso nos dificulta como pueblos indígenas a relacionarnos con el contenido espiritual que tiene este sitio sagrado; entonces, siendo coherentes, esperamos que inicie un proceso de expropiación de estas tierras, para que pasen a ser propiedad del Estado, así nosotros como pueblos indígenas podamos tener la facilidad de coadministrar estos sitios sagrados, y otros que han sido reconocidos por las autoridades salvadoreñas. Actualmente, para entrar a un sitio sagrado nuestro tenemos que pedir permiso e incluso pagar una entrada, siendo una herencia cultural de nuestros antepasados, de nuestra cosmovisión”, explicó Sánchez.
Sobre las medidas de custodia del sitio arqueológico, la resolución del Ministerio de Cultura indica la división en tres niveles: el Área de Protección Integral, las cuales deberán aplicarse en los sitios identificados de “influencia”, a manera de aminorar la intromisión y permisividad que generaron los permisos otorgados por los gobiernos municipales, con la obra urbanística de la empresa constructora Fénix S.A. de C.V.
Ariela González, abogada en derechos humanos de FESPAD afirmó que esta declaratoria de ampliación de resguardo al sitio arqueológico Tacushcalco debe tener un énfasis para exigir su cumplimiento y monitorear las acciones, a fin de que este mandato legal (MICULTURA) se acate de inmediato.
“La principal responsabilidad estará en manos de las municipalidades (gobierno de Nahulingo y Sonsonate), acatando las competencias (artículo 4) del Código Municipal; creemos que más allá de la permisibilidad a proyectos urbanísticos, los daños al patrimonio cultural o la afectación al medio ambiente, debe abordarse desde la visión de los derechos humanos, porque el daño que hasta ahora se causó a Tacushcalco es irreversible, porque destruyó estructuras y montículos que tenían gran valor cultural; a su vez deberá asumir la responsabilidad de salvaguardar el sitio ceremonial la Policía Nacional Civil (PNC) y la Fiscalía General de la República”, reiteró González.
Para Román Cartagena, habitante del municipio de Nahulingo, su esperanza es que la declaratoria de la ministra Suecy Callejas, con respecto a Tacushcalco sea firme y de obligatorio cumplimiento, al señalar que continúa la destrucción de las tierras con el monocultivo de la caña de azúcar y la maquinaria pesada destruyendo pequeñas estructuras y montículos. “Después de la declaratoria ¿qué sigue? Queremos saber cómo el Ministerio de Cultura va a administrarlo, ¿cómo se meterá de lleno a conservar y proteger todo el sitio arqueológico? que es la parte mucho más importante, porque tenemos conocimiento que hay una propiedad contigua a los montículos que se está tramitando para una residencial. Entonces, nos preguntamos: ¿cuál será el papel del Ministerio de Cultura, en cuanto a las nuevas propuestas de seguir urbanizando dentro de los terrenos ahora declarados de Bien Cultural?”, manifestó.
Sobre la dignificación de Tacushcalco, las organizaciones reiteraron la “urgencia” de evitar mayor impunidad en el caso, y esto comienza con el resarcimiento y justicia para los pueblos indígenas, con la expropiación de terrenos, que permitan imparcialidad en el acceso a la jurisprudencia nacional.
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