Gloria Silvia Orellana
@SilviaCoLatino
“ Como personas defensoras de derechos humanos tenemos distintas agendas, pero un mismo fin, trabajar por la defensa de la gente”, dijo José Roberto Lazo Romero, coordinador del Área de Incidencia y Organización de la Asociación Pro-Búsqueda de Niños y Niñas Desaparecidos durante el Conflicto Armado, en el Primer Encuentro Nacional de Personas Defensoras de Derechos Humanos.
La convocatoria realizada por el IDHUCA, Tutela Legal “Dra. María Julia Hernández”, PROBÚSQUEDA y MUNDUBAT, con el cofinanciamiento de la Unión Europea (UE) permitió la reunión de diversas organizaciones sociales que impulsarán una iniciativa colectiva en busca de una normativa jurídica que dé protección a defensoras y defensores en el país.
“Creo que hemos llegado a un momento en la historia, a buscar la defensa de los derechos humanos de este grupo de personas. Ya no podemos hablar del término de promotor, sino que queremos darle un contenido mucho más integral. Y lo dijo el alto comisionado de Derechos Humanos de la ONU, (Zeid Ra’ad Al Hussein) que era -un continuo de la lucha- porque algunos ámbitos han cambiado pero persisten situaciones violatorias. Hace 26 años atrás era el Estado el mayor violador de derechos, pero ahora podemos hablar abiertamente de grupos económicos que afectan a defensores y defensoras, el caso más emblemático el Grupo Roble y las mujeres en Santo Tomás”, mencionó.
Mientras, Ovidio Mauricio González, coordinador de Tutela Legal “Dra. María Julia Hernández”, opinó que el Encuentro Nacional de Defensores y Defensoras de Derechos Humanos era un acto de acercamiento que estuvo pendiente siempre. Así como compartir experiencias para dotar de una ley que reconozca y dé seguridad al trabajo que realizan a nivel nacional.
“Hemos logrado reunirnos un buen grupo de organizaciones, aunque ha sido difícil porque muchos defensores o defensoras trabajan en lugares a veces inaccesibles o por agendas de trabajo no coincidimos, pero sí sabemos y compartimos las amargas experiencias de muchos obstáculos que enfrentan, la persecución o amenazas. Algunos de ellos ofrendaron su vida en defensa de la dignidad de la población, ahí está nuestro símbolo en Monseñor Romero que por defender a su pueblo fue asesinado”, argumentó.
Asimismo, reiteró que cuentan con un anteproyecto que está en la Asamblea Legislativa, pero consideró que puede mejorarse y ampliarse más. No obstante, lamentó que la mayoría de las fracciones legislativas no dieron la entrada a la propuesta y solo el partido FMLN estuvo de acuerdo.
Para Teresa Carazo Jiménez, coordinadora regional América Central de Derechos Humanos de la organización MUNDUBAT (Un Mundo, en lengua vasca), quien acompaña la iniciativa de las organizaciones defensoras de derechos humanos, consideró que era importante un trabajo íntegro entre el Estado y sociedad civil.
“Los defensores y defensoras de derechos humanos son gente a la que se tiene que proteger su seguridad, su vida, su bienestar, porque defiende derechos de las colectividades, no son intereses personales o de su grupo familiar. Son estas personas que aportan su vida, su vivencia y enfrentan la injusticia social y el Estado debe hacer un reconocimiento de esta labor, pero también la sociedad debe acercarse más y acompañar el trabajo de estas personas”, consideró.
En cuanto a la criminalización del movimiento social o el hostigamiento a los defensores y defensoras, Carazo señaló que era un desafío de la sociedad salvadoreña frente al Estado, para generar cambios y avanzar en la transformación social del goce pleno de los derechos humanos.
“Hay muchas formas de agredir y bloquear la labor que desempeñan los defensores o defensoras de derechos humanos.
Los amenazan, luego pasan a agresiones físicas, intimidaciones y otras medidas, como el uso de corporaciones de medios de comunicación para que los estigmaticen en su labor o los asocian con grupos delincuenciales, partidos políticos y hasta la misma población que no comparten ideologías.
Además, cualquier Estado en el mundo es incapaz de dar respuesta a todos los derechos de las personas o sus demandas, entonces siempre habrá la necesidad de defensoras y defensores porque las sociedades no son perfectas”, reflexionó.
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