Alma Vilches
@AlmaCoLatino
En un claro rechazo al uso de semillas modificadas genéticamente y la dependencia que genera de insumos químicos industrializados, los miembros del consejo indígena de la comunidad Tajcuilujlan y la Alcaldía de Nahuizalco, departamento de Sonsonate, declararon al municipio libre de agrotóxicos como el Glifosato, por los efectos negativos a la fertilidad del suelo, mantos acuíferos, así como a la salud humana y animal.
Yessenia Flores, habitante del cantón Tajcuilujlan, en Nahuizalco, Sonsonate, explicó que el proceso de la declaratoria surgió con el objetivo de lograr la soberanía alimentaria y porque en las comunidades se está utilizando muchos agrotóxicos; fue un trabajo coordinado entre las comunidades con el apoyo del Movimiento de Víctimas Afectados y Afectadas por el Cambio Climático y Corporaciones (MOVIAC), el Centro Salvadoreño de Tecnología Apropiada (CESTA), Pasos del Jaguar y la alcaldía.
“Declarar a Nahuizalco libre de agrotóxicos es un paso importante, esto viene a ser un complemento a la ordenanza municipal la cual ya existe, solo que debido a ciertos problemas antes y durante la pandemia se dejó de lado, esperamos que como alcaldía también nos ayudan a cumplir este trabajo que se ha venido haciendo”, señaló Flores.
A la vez, hizo un llamado al resto de comunidades aledañas a Nahuizalco, dedicadas a la producción agrícola que se sumen a la lucha ya iniciada y dejen de utilizar agrotóxicos, para garantizar cultivos de buena calidad y libre de químicos.
El alcalde de Nahuizalco, Jorge Patriz expresó que el municipio además de contar con un mercado nocturno, una cultura y tradiciones, tiene un valor agregado que es el no usar más agroquímicos, ya que los cultivos con químicos ha ocasionado miles de muerte por insuficiencia renal, problemas de piel y cáncer, porque esas sustancias despiertan y activan las células del cuerpo.
“En Nahuizalco sus ancestros han trabajado de una manera enorme para que nosotros tengamos una vida plena, tenemos que poner en práctica ya no más uso de agroquímicos, para tener en nuestro pueblo gente saludable, vender nuestras verduras y hortalizas orgánicas, eso nos va a dar un valor agregado enorme, porque podemos tratar el agua contaminada por “X” cosa, pero tratar el agua con agroquímicos es imposible”, reiteró el edil.
Para Ricardo Navarro -presidente del CESTA- es importante declarar un municipio libre de agrotóxicos, pues para que la tierra produzca se le agrega químicos, lo cual la vuelve ácida y afectan a la población, hoy en día un gran número de personas mueren de insuficiencia renal, debido a la cantidad de pesticida en el suelo.
“Agarramos los desechos y los dejamos tirados en un botadero de basura, dejamos a la naturaleza sin sus recursos y contaminamos por otro lado. Hace muchos años la principal enfermedad que cobraba más vidas eran las gastrointestinales, después aprendimos el saneamiento, pero vino la industria y las enfermedades respiratorias eran las que más afectaban, ahora nos han metido tanto veneno en los cultivos que estamos llenos de pesticidas”, afirmó el ambientalista.
Según la declaratoria libre de agrotóxicos, la agricultura ancestral que comprende el cultivo del maíz, frijol plantas medicinales, alimenticias y toda la producción agrícola en general con semillas nativas, son un legado de los antepasados, por tanto, estos cultivos deben hacerse con el más alto grado de respeto a los ciclos de la naturaleza y a todos los elementos que la conforman, para mantener la armonía entre la humanidad y la naturaleza.
Las comunidades de Tajcuilujlan desaprobaron la actividad agrícola con semillas híbridas o mejoradas y monocultivos, especialmente si se utilizan grandes extensiones de tierra, ya que las empresas transnacionales actualmente controlan el 67 % de esta industria a nivel mundial; por lo cual, se comprometieron a conservar y defender la semilla nativa y las prácticas agrícolas ancestrales, así como recuperar y fortalecer los santuarios comunitarios de semillas nativas, valorizando saberes ancestrales que son un legado para la identidad y cultura de los pueblos Náhuat.
Asimismo, valoraron la agricultura ancestral y la agroecología como formas de producción agrícola sustentable, pues recoge prácticas en armonía con la naturaleza y las personas, capaz de asegurar suficiente alimentos sanos y disponibles para la familia, comunidades y los pueblos, basado en la transformación del suelo productivo para reducir el cambio climático, con medidas como protección de los bosques, uso de estiércol de animales herbívoros, rastrojos de cultivos, hojarasca y bocashi.
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