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El descubrimiento del “Tetragramatón”, levitra un vocablo antiguo que significa “Dios principal del cerro valle”, buy viagra en el idioma Potón, en Chilanga, en el departamento de Morazán, llevó a Fernando Zuleta, a iniciar una ardua tarea, escribir un libro que recopilara los “Orígenes de Gotera”.
Este esfuerzo inició hace 22 años y el escritor ha logrado plasmar un pasado que ha permanecido oculto en el oriente de El Salvador.
Zuleta fue descubriendo en un complejo rocoso al sur de Guatiajiagua como los potones nombraban a su Dios y también lo simbolizaban con cuatro geroglíficos, que también estaban enlazados con un adoratorio del antiguo señor de Corobán que era un sacerdote y curandero, con una cruz de procedencia Maya.
Estos descubrimientos los hizo el investigador acompañado de un indígena de Guatiajiagua. Agustín Vásquez, ya fallecido, y quien era el que interpretaba la geografía.
Sobre los descubrimientos hechos en la zona, el investigador cuenta que existen tres nombres del Dios, uno de la antigüedad precolombina, otro durante la esclavitud negra, en el antiguo curato de Gotera, durante la colonia y un tercero en la Piedra del Sol, en Guatijiagua.
Daniel Ezquizábal, poeta salvadoreño que escribió el prólogo laudatorio del libro, señala que esta obra “se convierte en una revelación, que nos aproxima al reloj de ayer, burlándose así, de quienes intentaron borrar y olvidar conscientemente el hacer de nuestros antepasados…”
La pasión de Zuleta lo ha llevado a que este libro contribuya a conocer la cultura originaria de oriente, principalmente, la zona de Morazán, lugar que ha quedado olvidado por siglos en cuanto a las investigaciones históricas.
En El salvador es bien conocido que no hay apoyo para este tipo de iniciativas, Zuleta no ha recibido apoyo de parte de ningún gobierno, durante los 22 años de su investigación y todo es el resultado de sacrificio e inversión de fondos propios.
Por lo que su edición es limitada y estuvo a cargo de la editorial “El pájaro gritón¨, una editora nueva en Gotera.
Además, este primer tomo recopila datos curiosos sobre personajes políticos que estuvieron en la fundación de Gotera y la reconstrucción de la lista cronológica de antiguos guías espirituales que dirigieron a la feligresía en la colonia, así como también, la llegada de la orden de San Pedro.
Zuleta dice que en esta obra también hay datos de las minas de oro y plata del lugar y como empresarios españoles y el mismo clero manejaban su comercio.
Y un dato interesante es la recopilación de información de las principales familias de Gotera a través de los epitafios de ultratumba, escritos en las lápidas de los fallecidos, señala el investigador, que no deja de relatar en su obra “la llegada del ejército invasor europeo y la guerra que se desata contra los pueblos indígenas… los europeos mediante la entronización de la encomienda y corregimiento generaron riqueza a países del viejo mundo”, agrega.
Zuleta estuvo en el exilio en Guatemala, con mucha certeza en lo investigado afirma que 3 mil años antes de Cristo apareció en el pueblo de Torola la serpiente de Arcaerán (lengua Pot), que era una divinidad antigua que representaba un genio benévolo para los originarios del lugar.
“Esta fue satanizada por los europeos al igual que la cultura central, acusando a los ancestros de politeísmo; esa cultura no fue entendida en su auténtica expresión porque destruyeron todos los vestigios de la cultura originaria”.
El libro de Zuleta es un cofre del ayer que no solo resume la historicidad de los pueblos pasados, pipiles, lencas, ulúas, sino que contiene años de labor y esfuerzos por parte del autor que visitó bibliotecas, hemerotecas, fuentes testimoniales, fotografías, documentos antiquísimos, entre otros para legitimar este trabajo.
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