@arpassv
El Juzgado Cuarto de Paz de San Salvador libró de la cárcel al ex presidente del Banco Multisectorial de Inversiones (BMI), Nicola Angelucci, y al ex director de INFOCENTROS, Sigfredo Figueroa, acusados de peculado y negociaciones ilícitas. Ambos serán enjuiciados en libertad. Es otro triste episodio de la “aplicación de justicia” en el país.
El Sistema Judicial, que se muestra siempre implacable y contundente cuando los procesados son personas que no tienen poder económico ni influencias políticas, sigue aplicando medidas sustitutivas a la detención cuando los acusados son presuntos delincuentes de cuello blanco.
Hace un par de semanas el empresario Enrique Rais y el ex fiscal general Luis Martínez -acusados de cohecho, fraude procesal y otros delitos- fueron beneficiados con libertad condicional. Ahora Nicola Angelucci y compañía, implicados en el robo o malversación de al menos 6 millones de dólares, seguirán el proceso judicial en la comodidad de sus casas.
Mientras la mayoría de procesados comunes “se pudren en la cárcel”, algunos acusados de graves delitos de corrupción son favorecidos por el Sistema Judicial. Hace más de 30 años lo decía Monseñor Óscar Arnulfo Romero: la justicia es como una serpiente que sólo muerde al que anda descalzo.
Y este reprobable accionar de muchos jueces no acelera la depuración judicial. La semana pasada la Corte Suprema de Justicia trasladó a una veintena de jueces corruptos en lugar de depurarlos y esta semana absolvió a otros tres investigados por la Dirección de Investigación Judicial, entre éstos la jueza que benefició al empresario Rais y al ex fiscal Martínez.
Ayer la Fiscalía pidió reabrir el caso de Guillermo Maza, ministro de Salud del gobierno de Antonio Saca, quien también fue beneficiado por el Sistema Judicial. Implicado en millonarios robos y malversación de fondos en la construcción de hospitales públicos, Maza fue condenado a tres años de trabajo comunitario.
El principal obstáculo para la pronta y cumplida justicia es, por tanto, el desempeño corrupto del Sistema Judicial. Y no hay Corte Plena ni Sala de lo Constitucional interesada en depurarlo: el magistrado Sidney Blanco incluso aclaró que el traslado de veinte jueces con expedientes de investigación abiertos, no es ninguna amonestación por las denuncias en su contra.
Es urgente que todos los sectores decentes y población honrada presionen en serio por la depuración judicial. Sólo así el país terminará con el sádico y bochornoso proceder de tribunales que favorecen descaradamente a ex funcionarios corruptos mientras arremeten contra personas comunes.