Através del influyente periódico estadounidense The Washington Post, drugstore se supo en la semana de la Navidad, de las intenciones del Gobierno de los Estados Unidos de “deportaciones masivas”.
No obstante, a la fecha, la Cancillería salvadoreña solo ha constatado de la detención de cinco grupos familiares, lo que hacía un total de 22 personas.
Pese a que el número es pequeño, el impacto para toda la comunidad indocumentada en el país del norte debe ser grande. Lo mismo para los salvadoreños en nuestro territorio, pues, la zozobra creada es grande.
El gobierno ha anunciado que sigue de cerca la situación de los compatriotas en Estados Unidos, así lo ha manifestado el canciller Hugo Martínez. El canciller informó, además, que la viceministra Liduvina Magarín se ha trasladado a Estados Unidos para hacer contactos, visitar los consulados y orientar a la comunidad salvadoreña.
Tras conocerse la noticia, la cancillería también dio instrucciones a los Consulados para atender de inmediato a las familias o salvadoreños detenidos por las autoridades migratorias de Estados Unidos.
Generalmente, cuando Estados Unidos entra en procesos electorales, los candidatos, sobre todo los provenientes del partido Republicano, enfocan su campaña en contra de los migrantes. Esto implica que podría arreciarse, por lo que, la preocupación del Gobierno del Profesor Sánchez Cerén, no se ha dejado esperar.
Lo ideal sería que en El Salvador se crearán finalmente las condiciones necesarias para crear oportunidades y así desestimular las migraciones masivas. De acuerdo con la información proveniente de los Estados Unidos, los migrantes perseguidos son aquellos que entraron de forma irregular entre los años 2014 y 2015.
Por eso, el canciller recomendó a los compatriotas en EUA, evitar firmar documentos sin contar antes con la debida asesoría legal; que deben tener a la mano contactos de familiares cercanos, abogado y del consulado de El Salvador más cercano.
Los compatriotas deben saber que el Gobierno les dará asistencia, pero, sobre todo, no desesperarse, no dejarse llevar por la zozobra.