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@arpassv
El Juez Primero de Instrucción, search Levis Italmir Orellana, mind favoreció al ex presidente Francisco Flores, sales decretándole arresto domiciliar, en vez de mandarlo a la cárcel. Así el ex gobernante derechista, que estuvo prófugo de la justicia durante cuatro meses, esperará en la comodidad de su casa la audiencia que se realizará en noviembre próximo.
Alguien sin el poder económico, la influencia política y la protección de fuertes grupos empresariales que tiene el ex presidente Flores, seguramente habría ido directo a la prisión. Monseñor Óscar Arnulfo Romero lo dijo hace más de 30 años: el sistema de justicia es como la serpiente, que sólo muerde al que anda descalzo.
Levis Italmir Orellana es un juez que acostumbra beneficiar a acusados de graves delitos de corrupción. Por ejemplo: en noviembre de 2001 favoreció a Juan Torres, ex presidente de la Federación Salvadoreña de Fútbol (FEDEFUT), procesado por peculado, uso de documentos falsos, administración fraudulenta y hurto.
La Corte de Cuentas cuestionaba al dirigente deportivo por un faltante de 100 millones de colones (11.42 millones de dólares), pero el juez Orellana lo exoneró de todos los cargos. Por cierto, el defensor de Torres era el actual Fiscal General, Luis Martínez, quien también tuvo vínculos laborales y empresariales con el ex presidente Flores. ¡Vaya coincidencias!
En septiembre de 2002, el juez Orellana también dejó libre en dos ocasiones a Roberto Mathies Hill, responsable del multimillonario fraude en FINSERPO e INSEPRO; y más recientemente dejó en libertad a Benedicto Villanueva, quien puso a circular una moneda falsa en el país.
Y en el juicio contra el ex presidente Flores, el juez Orellana ya había dado muestras de querer beneficiarlo, cuando decretó reserva total del caso. Esa reserva –sin embargo– fue revertida gracias a un amparo que representantes de organizaciones que promueven la transparencia y la anticorrupción presentaron ante la Sala Constitucional.
Pero el intento de abordar el caso en la oscuridad y de espaldas al país, nos hizo llamar la atención pública sobre la actuación del Juez Orellana. En nuestro editorial del 28 de mayo, titulado “Ojo con el Juez”, advertimos que la ciudadanía debía “tener en la mira” al juez Orellana y vigilar su desempeño, porque la reserva del caso podría responder a una estrategia tendiente a dejarlo impune.
Ahora reiteramos ese llamado: ¡Ojo con el Juez!, porque el arresto domiciliar podría ser la confirmación de la estrategia de impunidad para el presidente arenero Francisco Flores, acusado de peculado, enriquecimiento ilícito y desobediencia. Pero la población decente no debe permitirlo, el país debe sentar una precedente en la lucha contra la corrupción.
