Lic. Antonio Velado
El título de este artículo indudablemente que llamará la atención a más de algún lector, sovaldi porque de momento no encontrará motivos para que ambas personas aparezcan unidas; más sin embargo, tienen mucho en común.
Paquito Flores el todavía “Presidente Honorario” de los areneros de ayer y de hoy, desde la Presidencia de la República le hizo mucho daño al pueblo salvadoreño, particularmente a los más desposeídos. A él le debemos el robo más grande que se nos ha hecho al dolarizar nuestra economía; pero aún hay mucho más…
El expresidente de la república, Mauricio Funes, muy valientemente retomó la información procedente de Estados Unidos por medio del ROS, que daba a conocer “movimientos dudosos” de varios millones de dólares por parte del expresidente salvadoreño Paco Flores. Funes mantuvo el “dedo en la llaga”, hasta que la Fiscalía General de la República se vio obligada a judicializar el caso.
Pero, Paco Flores, en el colmo del cinismo y sintiéndose seguro que nada le pasaría, se permitió alardes de poder ante la Comisión Legislativa que conoció del caso, y manifestó sin inmutarse que “no sólo eran diez, ni quince, ni veinte y cinco, sino que mucho más, llegando la cifra hasta los noventa y cinco millones de dólares”. Dineros que venían para los damnificados de los terremotos de enero y febrero de 2001, que residían en Las Colinas, Santa Tecla. Estas familias no recibieron ni un centavo, de los 10 millones donados por Taiwán, para estas familias y otras afectadas por los sismos. Los otros millones venían para combatir la delincuencia (maras y narcotráfico), así como para otros programas sociales.
Sin embargo, los salvadoreños nos preguntamos ¿por qué la Fiscalía no introduce en su acusación el delito de “lavado de dinero”? lo que está probado con los movimientos que Paco Flores hizo entregando a las arcas areneras la friolera de 10 millones de dólares, que debían llegar a las familias damnificadas de Las Colinas y de otros sectores del país. Esos dólares primero fueron de “paseo” por Costa Rica y Miami, Estados Unidos.
“Para legalizarlos”, lo que equivale a un vulgar “lavado de dinero” y cuya pena es mucho más fuerte que la que puede sufrir por los cargos en su contra.
El daño psicológico, moral, físico y material hecho por Paco Flores a las víctimas de estos terremotos, tienen el equivalente de asalto y robo en despoblado, con el agravante que produjeron muertes. El señor Fiscal debe aclarar a la ciudadanía las razones para no incluir en la acusación el delito de lavado de dinero. Porque no creemos que los trabajos notariales que le hiciera a Paco Flores, con anterioridad, tengan que ver. El pueblo juzgará oportunamente.
¿El padre Toño? A este sacerdote se le acusa de haber introducido teléfonos celulares a centros penitenciarios. Actos prohibidos por Ley. Pero no nos debe preocupar el simple hecho de la introducción de dichos aparatos, sólo porque sí. No. Lo que nos debe preocupar es cuántas muertes se ordenaron y ejecutaron, cuántas extorsiones se ordenaron, cuántos asaltos, cuántos robos, a cuántas familias amedrentaron con sus llamadas desde esos celulares. En fin… para lo que sirvieron esos aparatitos. Nos resistimos a creer que el padre Toño no midiera las consecuencias de sus actos.
Después de estos cortos señalamientos, la ciudadanía debe quedar clara que ambos personajes, Paco Flores y padre Toño, son culpables. Porque sus acciones jugaron con la vida de las familias más desprotegidas de El Salvador. El pueblo salvadoreño no está conforme con el trato dado por la Fiscalía y Juzgados a Paco Flores y padre Toño, demanda una pena ejemplar para ambos, y una investigación sobre lo actuado por la Fiscalía y los juzgados que conocieron de las causas señaladas y castigarlos de salir culpables, sea por negligencia , falta de capacidad jurídica o actuación maliciosa.