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@BeatrizCoLatino
El padre Antonio Rodríguez, medical del Servicio Social Pasionista (SSP) y de la parroquia María Inmaculada de Mejicanos, sovaldi instó a todos los sectores del país a construir un gran acuerdo nacional por la “seguridad y la paz”
En un comunicado girado esta semana, en el marco del primer aniversario de la muerte de su colaborador y encargado del programa de rehabilitación de las pandillas en Mejicanos, el sacerdote incluso no descarta hasta una “negociación” con estructuras del crimen organizado y narcotráfico, cuyos resultado inmediatos podría ser palpables, pero no sostenible con el tiempo.
El padre en su escrito manifiesta que se de debe plantean dos grandes procesos, mucho más allá de la tregua que se gestó por las pandillas en marzo de 2012 y que ha sido duramente cuestionada.
Advierte que uno de los dos caminos es el acercamiento con el “narcotráfico vinculando a otros grupos, incluso, con ciertas estructuras del Estado a su servicio; este camino reduce drásticamente los homicidios y otros indicadores pero detrás se esconden otros negocios”.
“Es un camino de resultados “maquillados”, rápidos, que convencen y vencen con sus indicadores, pero detrás de la logia de reducción de la criminalidad no está el éxito de políticas de prevención, reinserción, rehabilitación y represión del delito de estado, sino la capacidad de negociación y vinculación entre estado-narco y otros”, explica.
“El segundo proceso, es el más costoso y que genera resultados exitosos a largo plazo, es el de un verdadero proceso de pacificación basado en la construcción de políticas públicas de Estado que respondan a la multi-casualidad del fenómeno”.
El padre es de los que ha buscado impulsar desde hace más de diez años la implementación de políticas reales y efectivas, incluso ha propuesto la creación un Instituto de Rehabilitación y Reinserción.
“Estas políticas deben salir de un proceso de diálogo amplio, plural e incluyente, construido por todos los sectores, a través de un acuerdo nacional por la seguridad y la paz”, razona.
Asegura que el proceso de tener una participación y el protagonismo de las iglesias, que realizan un rol importante en el proceso de rehabilitación y reinserción.
“Antes de llenar las fábricas tenemos que llenar las iglesias de jóvenes que vengan de pandillas y otros grupos. Nuestras iglesias no están llenas de la presencia de estos jóvenes y en un proceso de paz verdadero lo fundamental es la lealtad a Cristo, es decir, ser leales a Cristo es ser leales a la paz, al respeto de la vida y dignidad humana, y a valorar la vida propia y la del ajeno como valor fundamental”, advierte
“Me llama la atención que durante dos años de tregua no tengamos ni diálogos, ni acuerdo nacional, ni política de prevención, ni de reinserción y rehabilitación, ni se deje de reclutar a jóvenes, que más bien deberían estar en las iglesias, y que no hayan crecido los procesos de inserción de las ONG, ni nada de nada”, criticó.
Señala que “es muy sospechoso esto y nos deberíamos de preguntar y preocupar hacia dónde, cómo y con quiénes vamos. Creo en la paz y que el único camino es la paz”.
