PADRE Hasta hace cosa de un siglo, pills los hijos acataban el cuarto mandamiento como un verdadero dictamen de Dios.
VOZ Honrarás a tus padres.
PADRE Imperaban normas estrictas de educación:
VOZ Nadie se sentará a la mesa antes que el padre.
Nadie hablará sin permiso del padre.
Nadie repetirá el almuerzo sin el permiso del padre.
Nadie se levantará de la mesa si el padre no se ha levantado antes.
PADRE El padre siempre era la autoridad suprema.
PADRE Todo empezó a cambiar hace unas siete décadas, sovaldi cuando el padre dejó de ser el padre y se convirtió en…
CHICO ¡Papá!
PADRE El mismo vocablo era ya una derrota. “Padre” es una palabra sólida, pharmacy rocosa, imponente.
“Papá” es un apelativo para oso de peluche o perro faldero.
Además, la segunda derrota es que papá es una invitación al infame tuteo…
CHICA Oye, papá…
PADRE Con el uso de papá, el hijo se sintió autorizado para protestar…
CHICO No fastidies, papá…
PADRE … cosa que nunca había ocurrido cuando el papá era el padre.
A diferencia del padre, el papá era tolerante.
Permitía al hijo que fumara en su presencia, en vez de arrancarle los dientes con una trompada, como hacía el padre en circunstancias parecidas.
Los hijos empezaron a llevar amigos a la casa y a organizar bailes y bebidas, mientras papá y mamá se desvelaban y comentaban en voz baja:
MAMÁ Bueno, por lo menos están tomándose los tragos en casa y no quién sabe dónde.
PADRE Los hijos empezaron a comer en la sala mirando la tele, mientras papá y mamá lo hacían solos en la mesa; tomaban el teléfono sin permiso,
sacaban dinero de la cartera de papá y
usaban sus mejores camisas.
CHICA Me voy, mamá… ¡chao!
PADRE La hija comenzó a salir sola con pretendientes y a exigirle a papá que no le pusiera mala cara al insoportable novio y que, en vez de llamarlo “señor González”, como habría llamado al padre, lo llamara simplemente…
CHICA “Tato”.
PADRE Papá seguía siendo la autoridad de la casa, pero una autoridad bastante maltrecha.
PADRE Y entonces vino… papi.
Papi es un invento reciente de los últimos 20 ó 30 años.
Descendiente menguado y raquítico de padre y de papá, ya ni siquiera se le consulta ni se le pregunta, simplemente se le notifica.
CHICO ¡Papi, me llevo el carro, dame para gasolina!
PADRE Le ordenan que se vaya al cine con mami mientras los hijos están de fiesta y que, cuando vuelvan, entren en silencio por la puerta de atrás.
Le tienen prohibido preguntarle a la nena quién es ese tipo despeinado que desayuna descalzo en su cocina.
Lo tutean y hasta le indican cómo dirigirse a ellos:
CHICA ¡Papi, no me vuelvas a llamar “chiquita” delante de Jonathan!
PADRE Aquel respeto que inspiraba el padre y, hasta cierto punto el papá, se transformó en exceso de confianza, además de convertirse en un franco abuso hacia papi:
CHICO ¡Oye, papi, se me está acabando el whisky!
CHICA ¡Oye, papi, anda a comprar pan!
PADRE No sé qué seguirá después de papi. Yo estoy aterrado.
Después de haber sido nieto de padre,
hijo de papá y papi de mis hijos, mis nietas han empezado a llamarme “pa”…
Creo que quieren decir: ¿Pá qué sirves, ah?
BIBLIOGRAFÍA
Adaptación del artículo de Daniel Samper Pizano, El Tiempo, Bogotá, 12 de Junio de 2009.