@SilviaCoLatino
Blanca Badía, de 72 años, junto a su familia recorrió los 98.8 kilómetros de distancia entre Sonsonate a la ciudad de Aguilares, al norte de San Salvador, para participar en el acto ecuménico en memoria del Padre Rutilio Grande. “Recuerdo cuando íbamos a misa, era muy cariñoso, nos recibía como si fuéramos su familia, una gran alma”, recordó.
La multitudinaria peregrinación que recorrió una vez más los cuatro kilómetros entre Aguilares y El Paisnal, culminó con una misa en memoria del Padre Rutilio Grande y los feligreses, Manuel Solórzano, de 70 años, y Nelson Rutilio Lemus, de 16 años de edad.
El Monumento las “Tres Cruces, “lugar donde fueron asesinados por un grupo de la Guardia Nacional (GN), que eran a su vez, miembros de los temidos “Escuadrones de la Muerte”, fue el punto de reunión.
Los escuadrones de la muerte asesinaron a miles de salvadoreños y salvadoreñas durante el conflicto armado de los años ochenta.
Con un canto a la vida, a la fe, la paciencia y la esperanza, la feligresía expresó su deseo para que el Vaticano en Roma, Italia, culmine con sus investigaciones y permita la beatificación del Padre Jesuita Rutilio Grande.
“Cuando asesinaron al Padre Rutilio Grande caí de rodillas llorando. Sentí un gran dolor y decepción. Después fue Monseñor Oscar Arnulfo Romero otro gran dolor. Y ahora, que lo van a beatificar estamos felices con esa decisión, solo eso estamos esperando, solo esperando este milagro”, sostuvo Blanca.
Víctor Manuel Leiva, Párroco de San Nicolás Obispo, de Tonacatepeque, quien es el representante de la Vicaría Rutilio Grande, que la componen 13 parroquias de la zona Norte, afirmó que todas las personas que tengan “conciencia social” saben que la conmemoración del Padre Rutilio Grande es un compromiso para una sociedad más humana.
“La sangre de Rutilio Grande es heroica y que no puede ser olvidada y al situarnos en este mismo lugar (Tres Cruces) queremos dejar nuestras decisiones y compromisos, que los pobres siguen teniendo y que como Iglesia a nosotros nos toca asumir”, reflexionó.
En cuanto al vínculo que existió entre el Padre Rutilio Grande y el ahora Beato Monseñor Oscar Arnulfo Romero, el Padre Leiva señaló que el ejemplo de ambos sacerdotes fueron decisivos e influyentes, para que la Iglesia Católica salvadoreña, asumiera la vía del compromiso apegado al Evangelio de Jesús.
“Fue un compromiso social, profético con el pueblo, y ahora que la Iglesia le esté reconociendo que él fue un servidor de Dios y del pueblo, entonces podemos decir que no estuvo equivocado. Y ahora, nos toca levantar la bandera en los problemas de la actualidad para que se distinga y coherencia que nos reclaman los mártires y profetas”, manifestó.
En cuanto a seguir el camino de Rutilio Grande, el Padre Víctor Leiva aconsejó a la feligresía forjar una capacidad para analizar y desenmascarar las mentiras y manipulaciones de los instrumentos de poder que a veces, son injustos y corruptos.
“Recordemos que el Padre Rutilio Grande siempre fue muy claro en sus homilías y le hizo conciencia al pueblo, de lo que era mentira e injusticia”, agregó.
Mientras, el director del Instituto de Derechos Humanos de la UCA (IDHUCA), el sacerdote jesuita, José María Tojeira, quien ofició la Santa Misa, reiteró en su prédica que el Padre Rutilio Grande fue un “Gran salvadoreño”.
“Creo que la muerte no puede con la gente que tiene un espíritu tan fuerte, espíritu de Dios presente en sus vidas y tiene tanto amor. A los pobres, a los sencillos y lucha por la justicia independientemente, que se le reconozca en el futuro y eso es, lo que significa Rutilio Grande, y es lo que estamos celebrando este domingo, a un verdadero luchador pacífico que dio su vida y su muerte a la causa de los más pobres, que como él decía, que no le falte a nadie el con qué”, subrayó.
La pastoral del Padre Rutilio Grande fue profunda y enraizada en su pueblo, consideró el Padre Tojeira, quien supo identificar las necesidades y demandas de su rebaño, al que siempre tuvo una palabra de cariño y ayuda.
“Era un hombre de cultura salvadoreña; de palabra salvadoreña; de cercanía humana salvadoreña y todo esto hizo, no solo que se le recuerde, sino también que naciera en muchos corazones ese cariño y fe. Y unido a monseñor Romero, dispuestos a luchar y defender los derechos de los más pobres. Esto significa una victoria de las luchas populares encarnadas en Rutilio Grande”, indicó.
Sobre el papel más protagónico de la Iglesia Católica en temas sociales, como la prohibición de la minería metálica en el país, que ha generado las primeras críticas de representantes de la derecha, el Padre Tojeira consideró que siempre han estado de parte de los más débiles de la sociedad.
“Yo creo que quienes nos atacan tal vez, son descendientes de los antiguos asesinos. Y aunque no creo que quieran matar a nadie, si han heredado esa ideología absolutamente obsoleta. Les gusta decir que estamos volviendo a los ochentas o setenta, pero realmente quienes vuelven son ellos, diciendo que a la Iglesia eso no les toca por ser política. No saben nada y tienen una profunda ignorancia del Evangelio, es lamentable que no hayan progresado en su pensamiento y no se unan a mejorar las necesidades básicas de la población es la salud, educación, y medio ambiente sano”, expresó.
Prohibir la minería metálica goza de aceptación dentro de la Asamblea Legislativa. Apuntó que este tipo de críticas fueron iguales, cuando se discutió el aumento al salario mínimo, por apoyar esta iniciativa importante para los y las trabajadoras.
“Los diputados dijeron que iban a escuchar las peticiones que la Iglesia Católica presentó, que suman 30 mil firmas, sobre la prohibición de la minería. Esperamos que estén sensibles frente a este tema, sabemos que puede haber opiniones en contra, que lo consideramos normal porque en todo país, siempre hay gente que piensa diferente, pero hemos logrado un avance de unidad importante frente a la minería metálica en un país, pequeño como el nuestro y súper poblado, tenemos fe y ánimo que tomarán una buena decisión”, confió Tojeira.
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