Gabriela Sandoval
@Gabriela_Sxndo
Algunos familiares de los 11 menores de edad detenidos el pasado 11 de abril en Jiquilisco, Usulután, cuestionaron las declaraciones policiales y las calificaron como “falsas”. Según los parientes de los menores, la Policía Nacional Civil (PNC) levantó un reporte inexacto, en el cual afirmaban que los jóvenes intentaban reactivar una clica en la zona, realizando grafitis alusivos a pandillas en varios lugares comunitarios en el cantón La Cruzadilla, de Jiquilisco, Usulután.
Los familiares relataron, en una entrevista de Radio YSUCA, que tras informarles que no habría clases, la policía comenzó a recorrer las casas de la comunidad, llevándose a los jóvenes uno por uno.
Marta López, madre de uno de los adolescentes detenidos describió cómo algunos policías llegaron a la escuela para impartir “charlas” sobre el uniforme y el corte de pelo, y al tercer día de las “charlas”, observó cómo un carro gris polarizado junto con una patrulla policial se estacionó cerca de su casa y se llevó a su hijo.
“Cuando vi en la patrulla, iba un compañero de él, el policía se bajó y desde la calle lo llamó (a su hijo). Entonces, me preguntó el policía si él tenía teléfono y le pregunté el motivo de por qué se lo llevaban. Se lo llevaron, no me dijeron nada y no me dejaron ir con ellos”, mencionó López.
Luis Alonso Torres, abuelo de uno de los jóvenes, afirmó que el día de la detención, sus hijos se presentaron a la escuela como de costumbre, pero les dijeron que no habría clases puesto que la policía ya se encontraba en la zona realizando inspecciones.
“Les dijeron que se fueran para sus casas, en el rato que ellos se fueron para sus casas, a eso de las 9:30 a.m. comenzó la policía a andar casa por casa, no solo una patrulla, sino, también varios soldados del ejército (…) a nuestros hijos los tienen con una mentira. El día de los hechos ellos se presentaron a la escuela a recibir sus clases, como de costumbre, pero les dijeron que no habría y les dijeron que se fueran para sus casas”, afirmó.
“Al llegar a Jiquilisco, ya lo tenían esposado, le estaban sacando datos personales y hasta le preguntaron el sobrenombre, y él respondió que no tenía, que se llamaba Anderson. Nadie nos decía nada, nos quedamos ahí hasta las 4 p.m. sin saber nada (…) pedimos información y nos dijeron que les compráramos paquete y comida, después los sacaron como a las 9:30 a.m. de la procuraduría y ahí me imagino que los siguieron investigando”, agregó López.
“La policía dice que los agarró en grupo después de la función del circo, cosa que el circo no dio función esa noche, sino hasta el día 12 de abril, tenemos esa constancia como prueba”, especificó la madre del joven capturado.
De la misma manera, los familiares comentaron que el juez pidió pruebas de que los jóvenes eran de pandillas, a lo cual solicitó al fiscal una inspección para constatar si tenían tatuajes alusivos a pandillas. “Mencionó también que algunos eran palabreros, postes y más, los acusaron de pertenecer a pandillas y los detuvieron por agrupaciones ilícitas. El juez dijo que no había pruebas y le pidió al fiscal que tuviera pruebas de lo que estaban haciendo, a pesar de las revisiones ninguno salió con tatuajes”, detalló López.
En este contexto, José Salvador Ruiz, de las Comunidades Eclesiales de Base, comentó que desde el momento de la captura de los jóvenes “han descubierto cómo las autoridades mienten” en los requerimientos y los reportes.
Ruiz afirmó que mediante las detenciones, los jóvenes fueron utilizados como “chivos expiatorios”.
“Estas detenciones de los niños, nosotros lo hemos venido diciendo, han sido utilizados como chivos expiatorios para justificar esta política del gobierno (…) desde el acompañamiento que hemos venido realizando a estas familias, hemos venido descubriendo cómo las autoridades vienen mintiendo en los requerimientos y en las detenciones”, concluyó.