Carlos Girón S.
Los enemigos de la Patria y del pueblo salvadoreño pretenden grabar en el inconsciente colectivo la falsa idea de que nuestro país vive en crisis, “una crisis que jamás se había visto con los gobiernos anteriores”.
Para empezar, no debe olvidarse que los nuevos gobiernos del FMLN recibieron en el 2009 un país en total bancarrota, con una economía hecha pedazos, con índices en rojo y descomunales deudas, altos niveles de pobreza entre la población, pero una élite de ricos, cada vez más ricos, al apropiarse de fuentes de recursos del Estado, como fue el caso del robo de los bancos, de los fondos de pensiones de los trabajadores pasándolas a las AFP, propiedad de los mismos potentados con sus prestanombres, así como de la red telefónica, privatizándola, y otros hurtos más que dejaron sin fuentes de valiosos ingresos al Estado, que casi, casi lo han llevado a una condición de impago –para la alegría y felicidad de aquellos, por lo cual viven anunciándolo a diario…
A pesar de todo ello y del contumaz boicot y asfixia financiera que los mismos sectores –a través de sus lacayos en la fatídica Sala– se empeñan en imponerle al Gobierno, este –como si hiciera milagros— ha estado cumpliendo con los compromisos internos y externos que tiene, gran parte de los cuales son herencia también de los anteriores gobiernos arenosos.
Lo más asombroso es que, aparte de cumplir todos sus compromisos, todavía saca fuerzas de flaqueza y sigue desarrollando sus proyectos de modernizar y hacer avanzar en lo social y lo material a nuestro país, sin dejar de dar ayuda generosa a los más necesitados, logros que solo los ciegos y tuertos se niegan a reconocer.
La verdad es que en nuestro país no hay nada que se parezca a una “crisis”.
El Gobierno, por su lado, realiza cuantiosas inversiones destinadas al bien común en los campos de la educación, la salud, la infraestructura y otros. Y mientras tanto, los grupos de la plata siguen haciendo millonarias inversiones –para su propio usufructo– en diversos proyectos, particularmente en el área de la construcción, como es la moderna torre Quattro, para la cual se han destinado 20 millones de dólares y que estará unida a la Torre Futura. Claro, habrá muchos empleos. Se acaba de inaugurar también el Hotel Fairfield, con una inversión de 17.2 millones de dólares. Con más empleos, por supuesto, aunque pagando salarios no como sería lo justo y recomendable, o sin reconocer horas extras, y encima de ello, con retención o apropiación de los descuentos por renta o por seguro social. Pero allí va la cosa, pues también se ha informado sobre una inversión de 1 millón 300 mil dólares en una planta de energía solar, que generará 1.600 MW para el propio consumo de la empresa industrial que ha incursionado en ese campo de la energía solar.
Otra empresa inmobiliaria ha dado a conocer recientemente que se propone realizar inversiones regionales por casi los mil millones de dólares, cuya mayor parte (904.6 millones) serán para obras en el país y el resto en otros lugares de la región, según lo anunciado.
Todas esas inversiones dadas a conocer y seguramente muchas otras tal vez de menor cuantía, pero significativas también, son demostración de que se hacen porque se tiene confianza en el país, por la buena gestión del gobierno y porque el rumbo que lleva El Salvador es correcto y acertado, desvirtuando así, palmariamente, los continuos y truculentos señalamientos de que andamos a la deriva o que vamos a pique, como lo quisieran todos los enemigos gratuitos y acérrimos de nuestro pueblo, de la Patria y sus gobernantes, con la añoranza de que volvieran los tiempos pasados recientes, cuando el estilo de gobierno era de robo, de meter hasta el fondo las manos en las arcas nacionales, y también solo para grupos privilegiados, que es la causa real de las limitaciones fiscales con las que tiene que lidiar la actual administración.
Esos enemigos son los que maniobran desde dentro del mismo gobierno para que se generara su tan deseada crisis para seguir acusando al gobierno de fracasado e inútil. Pero el pueblo luchador y trabajador conoce perfectamente la verdad, pues lo siente y palpa, sin abrigar el menor temor de que haya escasez o hambrunas, como sería la gran alegría para los opositores, que, según ellos, les prepararía el camino para el tan soñado retorno al poder, lo cual se darán cuenta de que de aquí en adelante, será para ellos, una MISIÓN IMPOSIBLE, pues el pueblo ya los tiene bien conocidos y fichados…