Página de inicio » Letras y Arte » En un país de pocos íconos culturales: El mago y el beato
Willian Carballo, ganador de los Juegos Florales de San Vicente. Foto Diario Co Latino.

En un país de pocos íconos culturales: El mago y el beato

Colaboración Secultura

Willian Carballo, el escritor de la obra “El mago y el beato. Ensayo sobre dos íconos culturales de un país de pocos íconos”, y ganador de los XXVI Juegos Florales de San Vicente -zona central-, el certamen literario dirigido por la Secretaría de Cultura de la Presidencia junto a la Comisión Nacional Organizadora de los Juegos Florales; habla sobre lo que significó para él la creación de la obra con la que despuntó como vencedor.

“El mago y el beato. Ensayo sobre dos íconos culturales de un país de pocos íconos” detalla sobre cómo dos figuras populares en la historia salvadoreña se convierten, a través del tiempo, en un referente cultural e icónico de El Salvador.

Según el jurado calificador la obra se colocó como la ganadora por tratar en su contenido sobre un tema novedoso, que a la vez está aportando a la salvadoreñidad; con este premio, Carballo se convierte en Gran Maestre en la rama de Ensayo.

Complacido con el reconocimiento de su trabajo como escritor, Willian Carballo confiesa sentirse -ahora más que nuca- motivado a seguir trabajando en mejorar sus escritos para ofrecerles a sus lectores obras de calidad sobre temas reales.

Para conocer más sobre su participación dentro de los Juegos Florales el escritor compartió a la Dirección de Comunicaciones de Secultura detalles sobre su quehacer como escritor y su historia dentro del certamen.

¿Cómo nace la idea de participar en los Juegos Florales?

Todo parte de mi interés por la escritura, siempre lo he tenido, y cuando me doy cuenta de la oportunidad que los Juegos Florales nos da a los escritores, sin pensarlo me decido a participar; así es como he ido probando la calidad de mi trabajo.

¿Desde cuándo te dedicas a escribir literatura?

Desde hace unos 20 años, pero cobra más fuerza cuando entro a la universidad, allí me doy cuenta que lo mío era escribir; entonces me decido por estudiar periodismo y desde ese momento comencé a escribir de todos los géneros periodísticos; con el tiempo, decidí escribir no solo periodismo sino también otros géneros; fue en ese momento que me di cuenta que lo mío era escribir. Desde entonces lo he hecho durante toda mi vida.

¿Cuántas veces ha participado del certamen?

Ya cuento con una pequeña trayectoria, he participado en total cinco veces; claro que de esas no siempre ha sido ganar, contando esta vez, he ganado en tres ocasiones y perdido las otras dos; pero en cada una de ellas siempre he ganado más conocimiento, ese ha sido el mejor triunfo siempre.

¿Han existido transformaciones en su trabajo literario a lo largo de sus participaciones ahora que ha hecho suyo el título de Gran Maestre en la rama Ensayo?

Definitivamente, sobre todo en el sentido que he aprendido a saber identificar cuáles son los temas que gustan y cuáles no mucho; siento que antes escribía solo para mí, pero ahora escribo pensando en mis lectores, escribo pensando más en lo que les gusta a ellos.

Por otro lado, el ser reconocido con el Gran Maestre en la rama de ensayo me llena de honor y de mucha satisfacción, pero eso no quiere decir que por haber obtenido ese título ya no voy a seguir avanzando, claro que no, de hecho es lo que me impulsa a seguir escribiendo muchas cosas más y hacerlo mejor.

¿Por qué opta por el ensayo?

Porque siempre he pensado que el ensayo es la mejor rama literaria para alguien que desea escribir sobre temas reales; un ensayo se compone con muchos elementos, pueden ser investigativos, analíticos, hasta científicos; es por eso yo me decanto por esta rama.

Sin embargo, eso no significa que yo no escriba de otras ramas, ya que también me gusta escribir narrativa, y por supuesto periodismo.

A través de su obra “El mago y el beato. Ensayo sobre dos íconos culturales de un país de pocos íconos”, ¿qué quiere transmitir a los lectores?

Exponer la construcción que se hace de dos figuras icónicas del país, como lo es monseñor Romero y el mágico González; dos personalidades que a pesar de tener un rol diferente en la sociedad, coinciden entre sí al ser considerados íconos representativos en la cultura de El Salvador.

En ese sentido es que el ensayo trata de evaluar esa situación, y comprobar si de verdad ambas figuras son los íconos que nos representan a todos los salvadoreños.

¿Qué lo inspira a escribir este tipo de materiales?

El estudiar la realidad, cuestionarla, conocerla, analizarla y sistematizarla; con este trabajo es eso específicamente lo que me ha interesado, tomando en cuenta también que referente a este tema que abordo no había ningún trabajo profesional, y es ahí donde encontré esa carencia y supe que valía la pena desarrollarlo.

¿Qué le deja su participación en el certamen?

Mucho crecimiento personal y profesional sumado a la oportunidad que las personas conozcan mi trabajo; lo lean, lo disfruten, lo debatan, que estén de acuerdo o no lo estén; eso es lo bonito de esto, las infinitas posibilidades, pero sobre todo, el reconocimiento del público.

¿Motivaría a otros escritores para que se animen a participar del certamen?

Por supuesto, hay que lanzarnos, aquí uno mide su capacidad; soy la prueba de eso, yo no sabía qué tan bueno era, hasta que me decidí a arriesgarme, y me sorprendió al ver que otras personas como el jurado y el público hayan considerado bueno lo que hago.

Ver también

La muerte de Santa Claus (Cuento)

Miguel Ángel Chinchilla Tremenda trifulca se armó en las graderías populares del estadio: las barras …