CARLOS ALBERTO SAZ
Pajarillos que llaman la lluvia,
avecillas de dulce cantar;
a mi abuela, que se llama Nubia
le fascina oírlos trinar.
Ella vive en una montaña,
en un rancho rodeado de flores,
y se levanta cada mañana
a escuchar los pájaros cantores.
Y yo vivo aquí en la ciudad,
con mis padres y mis dos hermanos,
y nos llena de felicidad
el cantar de esas aves que amamos.
Es abril y los pájaros cantan
pidiendo la lluvia esperada;
muy temprano ellos se levantan,
y su trinar alegra la alborada.
Y Natura se siente contenta
al oír el hermoso cantar
de las aves cuyo trino aparenta
melodías que invitan a amar.
A amar a los seres humanos,
en son de hermandad y de paz,
a querernos como hermanos,
a no ser violentos jamás.
Son ustedes, lindos pajaritos,
los que alegran con su cantar,
y hasta los más pequeños niñitos
se despiertan con su trinar.
Pajarillos de canto amistoso,
canten, canten, que el agua vendrá
a regar este suelo hermoso,
y milagrosamente cosecha habrá.
Colonia Las Flores, Soyapango, en el
pórtico del invierno de 2019.